La gerente de la Empresa de Agua Potable en Cuenca (Etapa), María Verónica Polo, alertó este jueves, 5 de diciembre, en declaraciones al canal Ecuavisa, que el proyecto minero Loma Larga, en el páramo de Quimsacocha, en Azuay, está afectando las fuentes hídricas en ese territorio.
Según la funcionaria, un informe técnico de Etapa activó las alarmas, luego de cuestionar el estudio de impacto ambiental entregado por la empresa concesionaria al Ministerio del Ambiente, para obtener la licencia para la fase de explotación.
“esta es una zona de recarga hídrica del área protegida del Parque Nacional Cajas, donde nacen dos de los cuatro ríos de Cuenca, el Tarqui y el Yanuncai. La explotación de la mina causaría afectaciones a la salud de los consumidores de agua, así como a los cultivos y ganado que la beba, ya que acumularían metales pesados”, advirtió Polo.
Asimismo, explicó que Etapa ya alertó sobre enfermedades a la población, como cáncer a la piel, vejiga y pulmones, daño en los riñones y alzhéimer.
Polo también aseguró que el informe presentado por Etapa permite determinar que las afectaciones ambientales traspasarán las 2.149 hectáreas del área de concesión minera.
También se refirió a la sequía hidrológica que atraviesa Cuenca desde hace 146 días. A su criterio, esta es una de las muestras de la necesidad de proteger los páramos y embalses naturales, pero el informe de la empresa minera no describe los métodos para el tratamiento del agua.
Polo insistió en que el Ministerio del Ambiente debe exigir la profundidad necesaria en los estudios, pues “si bien la explotación generaría un impacto directo e inmediato en zonas como Cuenca, poco a poco llegaría a ser una problemática nacional”.