El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokaev, decretó que este lunes 10 de enero de 2022 sea de luto nacional en homenaje a las víctimas de los disturbios registrados en los últimos días.
Según ha informado este domingo el Ministerio de Sanidad de Kazajistán las protestas han dejado 164 fallecidos. Además, cerca de 6.000 personas han sido detenidas.
Los disturbios comenzaron como unas protestas por el aumento del precio del gas licuado del petróleo que se emplea en muchos automóviles, y se han convertido en un alzamiento en varios puntos de la república centroasiática.
Las autoridades consideran que la situación en el país se ha estabilizado, pero en Almaty la situación sigue siendo confusa y aún se informa de enfrentamientos. Precisamente ha sido allí donde se ha registrado el mayor número de muertos, con 103. En la que es la mayor ciudad del país.
El número de muertos ha aumentado, después de que el pasado viernes, el presidente diese permiso a las fuerzas del orden para disparar a matar, sin previo aviso, a aquellos manifestantes que ofreciesen resistencia.
El 1 de enero culminó un proceso de transición de dos años que ponía fin a los subsidios a ese combustible, y en apenas 24 horas se duplicó el precio.
Los manifestantes han acusado a las autoridades de corruptas, pero el Gobierno tachó la revuelta de intento de golpe de estado y, además de la dimisión de varios miembros del Ejecutivo, se produjeron varias detenciones de funcionarios de alto nivel.
La situación llevó a que el Gobierno solicitara la ayuda de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO), un grupo de antiguas repúblicas soviéticas, lo que provocó el despliegue de 2.500 soldados rusos y de otros países en territorio kazajo.
La CSTO ha subrayado que sus tropas no participarán en las operaciones que llevan a cabo las fuerzas de seguridad kazajas, sino que su tarea será proteger “instalaciones críticas, aeropuertos e infraestructura social clave”.
Los integrantes de la organización se reunirán por videoconferencia este lunes para evaluar la situación.
Según autoridades rusas y kazajas, los disturbios los han provocado bandas procedentes de Oriente Próximo coordinadas por actores extranjeros.
El presidente Kasim-Yomart Tokáyev destituyó al primer ministro, Askar Mamin, y a todo su equipo; y también apartó al hasta entonces responsable del espionaje, Karim Masimov. Además, relevó al mismísimo ex presidente Nazarbáyev al frente del Consejo de Seguridad, el órgano que coordina a todas las fuerzas kazajas.
Kazajistán, una nación centroasiática de 18,7 millones de habitantes, es rica en hidrocarburos.