Por: Héctor Calderón
El gobierno de Daniel Noboa ha cumplido sus primeros 100 días de gestión con un respaldo ciudadano que bordea el 80% de aceptación. La principal medida del mandatario fue la declaratoria de estado de excepción y la disposición a la Fuerzas Armadas para recuperar el orden dentro y fuera de las cárceles.
Para los ojos y percepción de la mayoría de los ecuatorianos, la medida ha sido positiva. A pesar de que todavía vemos casos de violencia en algunos cantones de la Costa y desapariciones de personas en varias ciudades, la sensación de la ciudadanía es de mayor seguridad y que, tanto policía como ejército, están golpeando a las bandas criminales.
Asimismo, el Gobierno ha sido de capaz de tender puentes con la Asamblea Nacional. ¿A qué costo? Todavía no lo sabemos. Lo que está claro es que, de forma directa, y a veces indirecta, el Legislativo ha dado paso a los proyectos de ley propuestos desde Carondelet; lo que le ha permitido a Noboa gobernar sin apuros.
Lo mismo ha sucedido en el campo constitucional. La Corte dio paso a todas las preguntas de la Consulta Popular planteadas por el Gobierno. Más allá de las críticas iniciales a la pregunta de los casinos, al parecer, la ciudadanía ve con buenos ojos la propuesta de Noboa y las primeras mediciones le darían otra victoria electoral al Presidente.
Ahora, ¿toda esta luna de miel se ve reflejada en el día a día de la población? Está claro que la gente siente que el Presidente está trabajando por la seguridad, y quizá eso sea lo más importante este momento, pero ya han empezado los reclamos y críticas por la desatención en otros sectores. Nuevamente los familiares y pacientes de enfermedades catastróficas y que acuden a la salud pública han expresado su malestar por la falta de insumos. Las autoridades y estudiantes de las universidades públicas denuncian la reducción de presupuesto, los GAD reclaman por las asignaciones que les corresponde por ley, los adultos mayores se quejan de no recibir la devolución del IVA desde finales del año pasado, los movimientos sociales acusan al gobierno de plantear medidas antipopulares.
¿Es este 80% de apoyo al Presidente una cifra consistente? ¿Qué pasa si la violencia recrudece? ¿Qué sucederá si el Gobierno de Noboa no es capaz de atender los requerimientos urgentes en salud, educación y servicios?
A su estilo, Noboa ha sido capaz de proyectar una imagen de solvencia y liderazgo. En 100 días logró hacer algo que Lasso no pudo en dos años, pero ¿será eso suficiente? ¿Nos daremos cuenta los ecuatorianos si lo que sucede hoy es realidad o ficción?
La opinión de Héctor Calderón