Tras mantener una mesa técnica con el Colegio de Ingenieros de Pichincha, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, de la Universidad de las Fuerzas Armadas, Universidad Internacional del Ecuador y la universidad Central, Brith Vaca, vicealcaldesa de Quito, confirmó que continúan con los análisis correspondientes de los estudios.
Con ese antecedente, la vicealcaldesa dijo que existen varios factores que provocaron el aluvión en el sector de La Gasca. El primero es el factor natural, pero también alertó sobre la expansión urbana no controlada, el tráfico de tierras, el inadecuado manejo de residuos, el flujo de lodo y escombros que llegan a zonas consolidadas y, sobre todo, el cambio climático. Sobre ese último punto, reiteró que deben prevenirse los indicadores del cambio climático que implica una modificación de la infraestructura en la reducción de riesgos y la regularización de construcción. “No hace falta ser muy experto, solo basta levantar los ojos para ver cómo Quito está expandiendo la zona urbana”, alertó. Así, resaltó que existen barrios y asentamientos humanos en zonas de quebradas o de protección ecológica. Los reportes aclaran que existe un “alto riesgo mitigable”, pero “mitigar es costoso”, criticó Vaca.
En ese sentido, mencionó que lo urgente es la promulgación de la Ley de Gestión de Riesgos puesto que todo el país vive una situación compleja. Así, citó a los deslaves de La Maná y Colta.
Las competencias
Vaca recordó que los concejales no tienen competencias ejecutivas. Por el contrario, indicó que la competencia de los concejales consiste en legislar, fiscalizar y promover la participación ciudadana.
Por ese motivo, presentaron observaciones a la Comisión de Ordenamiento Territorial para regularizar los asentamientos humanos y las construcciones informales. Además, dijo que se debe armonizar el Cootad con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Así, lamentó que los aluviones son un problema que ya lleva entre 30 y 40 años afectando a la ciudad. “Se han hecho acciones, pero solo se quedó en un plan y no se elevó a una ordenanza”, indicó.
La vicealcaldesa detalló que en la ciudad existen 183 quebradas identificadas que se ubican en: 45 en la Cuenca del Río Machángara, 22 en Monjas, 26 en Tumbaco, 20 en Los Chillos, 33 en el Centro Norte, 20 en la zona noroccidental de la ciudad y seis en Lloa.