Por: Pablo Araujo G. profesor universitario.
Lo conocido como Huella de Carbono es la cantidad de gases de efecto invernadero que nosotros como seres humanos de forma directa o indirecta lanzamos a la atmósfera. En Ecuador emitimos una media de 3 toneladas métricas de CO2 equivalente por habitante (CO2e).
Hoy empiezo una serie de artículos de opinión refiriéndome a las acciones que podemos tomar desde nuestros hogares, como consumidores responsables, para reducir nuestra huella de carbono.
Aquello de llevar un estilo de vida sostenible y amigable con el ambiente, evaluando las distintas acciones que podemos tomar con más potencial para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero.
Primera acción, empecemos con el transporte. La clave está en evitar motores de combustión, ponerlos en marcha y sustituirlos por motores que “no quemen cosas”.
Por ejemplo, sustituir los transportes urbanos por formas alternativas de movilización y dejar por varios días tu auto guardado en la casa podría representar una reducción de entre 0,6 a una tonelada de CO2e.
Si estás pensando en cambiar de auto, esta decisión puede ser decisiva y considera migrar hacia los híbridos o totalmente eléctricos y así no tendrías “pico y placa” si vives en el Distrito Metropolitano de Quito.
Sin embargo, los autos eléctricos tienen su detalle. La energía que mueve el auto proviene de la red eléctrica. Lo ecológico que sea el auto depende de lo renovable que sea la energía que lo alimenta.
Cuando cambias de auto, le tienes que sumar el costo medioambiental de comprar uno nuevo y el costo de desaprovechar uno viejo, hacer autos no sale gratis, por muy eficientes que luego sean.
Un estudio en la Unión Europea muestra que es favorable cambiar de auto a partir de los 60,000 km de uso. Por todas estas razones, el ahorro de CO2e que tendrías si optas por un híbrido está entre las menos 0,2 toneladas y si vas por un eléctrico entre las menos 2 y las 3 toneladas.
La próxima semana continuaré haciendo uso de este espacio de ciencia en Primera Plana, con mas acciones cotidianas para reducir nuestra huella de carbono.
La opinión de Pablo Araujo, aquí.