Por: Nahuel Mendoza Kleener
Durante las últimas semanas hemos visto un Ecuador convulsionado, un país que quiere salir de una crisis multidimensional que nos atraviesa desde lo económico, lo social, la seguridad y tantos etcéteras.
Hemos visto el accionar de las diferentes instituciones del Estado y la incapacidad e impavidez del gobierno de Guillermo de Lasso para resolver los problemas -incluso- más básicos y elementales.
Y frente a ese escenario de desgobierno, surgen algunos elementos a analizar:
El primer protagonista es la Asamblea Nacional. El inicio del Juicio Político previo a la aceptación por parte de la Corte Constitucional con el dictamen de admisibilidad, será el escollo inicial a enfrentar.
Las diferentes bancadas que conforman el Legislativo, se han pronunciado de manera favorable ante el Informe Final de la Comisión Multipartidista ocasional creada para investigar el Caso Gran Padrino. En dicho informe se recomendó un Juicio Político contra el Primer Mandatario, y, aunque no es vinculante, podría dar un primer indicio que lo que pasaría si la solicitud de juicio político se hace efectiva. Fueron 104 votos los asignados el sábado pasado, en el pleno de la Asamblea, lo que denota que podrían tener los 92 necesarios para la censura y destitución del Primer Mandatario.
Podemos intuir que será el ministro de Gobierno, Henry Cucalón, quien lleve adelante la defensa del presidente Lasso, de ser el caso. Y aquí cabe mencionar su pasado socialcristiano, su afinidad con algunos asambleístas y el rol que cumplirá al ser quien busque que no se llegue al tan nombrado número 92 (votos).
No debemos perder de vista lo que sucede en las calles. El 8 de marzo podría ser un buen termómetro con el que se mida la calentura que provoquen las movilizaciones organizadas, con las diferentes agrupaciones sociales, los diversos pronunciamientos en torno a la problemática del país, las voces de auxilio de quienes no quieren migrar por la inseguridad o falta de trabajo.
Esto recién comienza, pero, sin lugar a dudas, será un precedente para la política de nuestro país, ya que, sería la primera vez que se pueda ejecutar un juicio político a un Jefe de Estado.
Veremos en estas semanas, en su máxima expresión, el “teje y maneje” de la política ecuatoriana y sus entre telones.
Las preguntas que debemos hacernos después que todo termine es: ¿Cómo queda el país? ¿Qué sigue? ¿Cómo nos recomponemos como sociedad?
Parte 1.
La opinión de Nahuel Mendoza Kleener.