Por: Nahuel Mendoza Kleener, analista político
Llevamos mas de dos años con un gobierno que ha hundido a nuestro país entre desempleo, narcotráfico, miedo y zozobra. Un gobierno bajo el mandato del banquero Guillermo Lasso, que ha visto a este país como una empresa que la ha quebrado.
Los números de aceptación de Guillermo Lasso son igual o mas bajos que los de Lenin Moreno, que inicio la debacle bajo un programa neoliberal, sumiendo a los ecuatorianos en la pobreza, aumentando la migración para poder sobrevivir, ya que aquí, en Ecuador, uno se duerme entre muertos y balas y se despierta con angustia de que uno de los suyos, no se parte de esa realidad.
Este 20 de agosto, los ecuatorianos amanecerán con las ganas de mandar a la casa a Guillermo Lasso, se despertarán con las ganas supremas que se acabe esta pesadilla y que otra persona o grupo de personas, puedas darles un giro radical a nuestras vidas y enrumbarnos hacia algo mejor, o quizás menos malos.
¿Será un gobierno de transición? No sé, creo que será un gobierno que puede estar casi 6 años para poder generar políticas públicas en seguridad, empleo, bienestar, y demás factores críticos que han sido olvidados en estos últimos 6 años de una derecha rancia, gobernando solo para unos cuantos y olvidando a la mayoría de ecuatorianos sumidos en la pobreza.
Lo cierto es que nada está dicho, todo está abierto, los resultados finales se verán este domingo cuando más de 13 millones de ecuatorianos vayan a las urnas y tomen la única decisión plausible, el cambio urgente de gobierno, lo mas pronto posible. ¿Una sola vuelta? No sé, pero la agonía no puede seguir por mas de 2 meses más, en un país donde todo puede pasar, donde la delincuencia aumenta, donde las muertas se cuentan como gotas de lluvia en un aguacero interminable, donde nuestro amigos y familiares quieren tomar rumbos distintos y amanecer en una patria prestada pero que les permite comer.
Falto poco, muy poco, no podemos decaer, debemos seguir en pie, con memoria, con ganas de cambiar y no elegir la continuidad de los últimos dos gobiernos nefastos. Falta poco, muy poco.
La opinión de Nahuel Mendoza Kleener