Por: Alejandro Fabara Torres, analista político.
El nuevo ciudadano-elector en una campaña política está sometido a un promedio de 3.000 mensajes diarios, pero la publicidad ha perdido peso y terreno, ya no cambia percepciones, actitudes o conductas. Ante una sociedad con audiencias diversas y múltiples, con espectadores multiformato y multipantalla. La política necesita menos publicidad y más comunicación.
Como afirma el exitoso consultor político español, Antoni Gutiérrez-Rubí, la política y las campañas exitosas han cedido a una nueva forma de ver, pensar y comunicar: la micropolítica, de lo que aparentemente es pequeño, local y personal.
Si la realidad ha cambiado, y sigue cambiando, la política también debe hacerlo. Este análisis sobre el fenómeno que llevó a Daniel Noboa Azín, a la segunda vuelta electoral en Ecuador, intenta explicar una nueva praxis electoral desde varios autores y experiencias propias.
Microideas
Ante el complejo mundo que vivimos, y la infoxicación de la que hablamos al inicio, el ciudadano demanda soluciones concretas, simples y prácticas. Los grandes planes nacionales de largo plazo dan paso a propuestas que busquen solucionar problemas cotidianos e intereses pequeños. Daniel Noboa utilizó conceptos claros y breves en el debate presidencial, como ya lo analizamos en un artículo previo. El profesor de Educación en Harvard, David Perkins, dice que «es posible aprender a pensar mejor con estrategias sencillas».
Microsegmentación
Encuestas y grupos focales ya no son suficientes, han fracasado en todas partes del mundo, son fotografías incompletas de lo que siente y piensa la ciudadanía. Hablarle al ciudadano-elector de lo que en verdad le importa y moviliza es producto de una afinación máxima de la puntería, hoy en día es mejor saber mucho de pocos, que poco de muchos. La investigación es fundamental, antes durante y después de la campaña. Daniel Noboa supo hablarle a cada segmento de su público objetivo en su propio lenguaje y canal.
Microcomunicación
El experto en mercadotecnia mexicano Arturo Mora, apunta la importancia de identificar micro-momentos muy específicos, que son oportunidades para dar el mensaje correcto, por el medio correcto, hacia las personas correctas. Daniel Noboa supo medir los tiempos de la campaña, decidió que el momento perfecto para potenciar su campaña era el debate, y se preparó para generar un contraste con las otras opciones presidenciales. Esa preparación le permitió que sus cortas intervenciones en un debate de tres horas fueran los micro-momentos que catapultaran su campaña.
Microrredes
Todos compartimos una sola red, pero dentro de ella habitan infinitas pequeñas comunidades. Atrás quedaron las estructuras verticales y centralizadas, hoy vemos más movimientos buttom-up, donde los ciudadanos están directamente involucrados en la solución del problema que existe en su comunidad. Daniel Noboa comprende que el comportamiento en redes es viral, no secuencial. La estrategia post debate para difundir sus intervenciones debió ser producto de un análisis de los patrones de comportamiento, conversación y evolución de la opinión pública en cada una de las microrredes. Un claro ejemplo: la explicación sobre su voto favorable en la consulta del Yasuní, fue ampliamente difundida en las microrredes que se centraron en ese tema.
Microeventos
Para llenar las urnas ya no sirve llenar las plazas, el monopolio de los multitudinarios mítines de campaña se acabó. Hoy se impone la política de cercanía, con actos reducidos, pocos asistentes, bajo costo y escenografía sencilla. Actos íntimos, de «bolsillo», que quedan grabados en la memoria del ciudadano-elector. Daniel Noboa empezó su campaña política para asambleísta por la provincia de Santa Elena en 2020, obteniendo finalmente una curul en 2021. Desde hace tres años, no ha parado de hacer eventos en territorio: brigadas médicas, carreras deportivas, ferias de emprendimiento, encuentros con jóvenes. Su campaña para la presidencia extendió esos microeventos a todo el territorio nacional con disciplina.
Microinfluencias
La credibilidad de quienes son como nosotros es más alta, el boca a boca es poderosamente decisivo. Alguien cercano, que comparte intereses comunes y que tiene —o crees que tiene— un aval de trayectoria e influencia cuenta con altísimas probabilidades de convencerte por quién votar. Los mensajes que difunden los partidos cada vez son menos eficaces, pero cuando estos mismos mensajes son contados por otros, la posibilidad de impactar electoralmente aumenta. Hay influenciadores, grande y pequeños, offline y online, que debemos saber identificar. Daniel Noboa compartió con varios youtubers espacios para darse a conocer y llevar sus ideas directo al oído de los jóvenes. También visitó los espacios tradicionales de generación de opinión. Se subió a los trends de Tik Tok sin rayar en el ridículo. Usó las redes sociales de forma inteligente. Y lo que más llamó mi atención, confió en muchos jóvenes para liderar sus listas de candidatos a la Asamblea Nacional, ellos se convirtieron en sus mejores microinfluencias en línea y en territorio.
Microacciones
Se comunica lo que se hace y se hace lo que se comunica. La política está vigilada, y mucho en más en época electoral. Las viejas prácticas que buscan la movilización política quedaron obsoletas ante la demanda ciudadana de acción. Daniel Noboa cuando propone salud, monta las famosas brigadas médicas que su madre, la Dra. Annabella Azín, viene realizando por décadas. Esta calificado para hablar de empleo, porque ha impulsado ferias de emprendimiento que dan oportunidades de crecimiento económico a quienes empiezan su negocio. Puede hablar de salud y vida sana porque la gente lo ve corriendo acompañado de su equipo por las mañanas en Salinas o en el gimnasio de su casa.
Microrreacciones
La competencia ya no es entre grandes y pequeños, sino entre rápidos y lentos decía Nikesh Arora, ex alto ejecutivo de Google. La velocidad de la información, opinión y tendencias aumenta cada día, por lo que la reacción a estas debe ser inmediata. El timing de una campaña ya no se puede planificar una sola vez para toda la contienda electoral, es necesaria una actualización casi diaria, convirtiéndose en un cúmulo de reacciones simultáneas, tanto propias como ajenas. El equipo de campaña de Daniel Noboa se convirtió en una guerrilla comunicacional de intervención y respuesta rápida mientras se desarrollaba el debate. Los clips de video con las propuestas del candidato fueron publicados al instante en sus redes sociales, respetando los formatos de cada una, para que estén al alcance de todos en tiempo real y luego ser propagados por las microinfluencias, en las microrredes. Lograron una construcción social de su candidato como el ganador.
Microcandidato
El objetivo de una campaña exitosa es pasar de «el candidato» a «mi candidato». Los partidos ya no tienen «exclusividad» con los candidatos. Los compromisos ya no se sellan solo entre organizaciones políticas, el candidato efectivo se comunica y acuerda directamente con los electores, gremios, colectivos, sin intermediarios. Con relaciones más directas, incrementa la rendición de cuentas. Daniel Noboa no solo participó en eventos organizados por los simpatizantes de su alianza electoral, en sus recorridos territoriales se reunió con cámaras de comercio, colectivos ciudadanos, organizaciones sociales, entre otros. Una vez más, microeventos de contacto directo que causan alto impacto en los ciudadanos-electores. Luego del debate, muchísimos electores adoptaron a Noboa como «su candidato» y la misión evangelizadora de sus propuestas fue orgánica.
Conclusión
El fenómeno Noboa nos enseña que, si pretendemos llegar lejos, será mejor dando pasos cortos y seguros. Estas micro estrategias explican el nuevo paradigma de la política exitosa, que se caracteriza por sentimientos, relaciones, valores, comunidades y emociones. ¿Cómo se logra aquello? Con agilidad, precisión, constancia, investigación, focalización y persistencia. De lo macro a lo micro.
Opinión en Primera Plana.