Por: Héctor Calderón
¿Es posible que el debate haya cambiado la tendencia en esta segunda vuelta electoral? Al parecer sí. ¿Por qué lo decimos? Porque desde los medios de comunicación hegemónicos, analistas políticos identificados con el anticorreísmo y los ya conocidos voceros digitales; se está tratando de posicionar que el debate ha sido plano, con candidatos light y propuestas pobres. ¿Por qué hacen esto? Porque la participación de Daniel Noboa en el debate fue desastrosa. Fue claro su nerviosismo, desconcentración, inseguridad y falta de preparación.
Todo esto abonó para que, a su contendiente, Luisa González, se la vea más aplomada, más preparada y ocupando el espacio que suponíamos Noboa lo iba a tomar, el espacio del diálogo, de la unidad.
Habíamos dicho que se tenía que esperar al debate para ir definiendo por quién votar. Tras lo sucedido el domingo, han quedado más claros los modelos de país que nos ofrecen los candidatos, la preparación de cada uno y las prioridades para el año y medio de gobierno que tendrán.
Al contrario de Noboa y tal como ha sido la característica de esta segunda vuelta, Luisa González aprendió la lección. Su participación en el debate tuvo un giro de 180 grados. Por fin desechó el “ya lo hicimos” y lo reemplazó por el “así lo haremos”. No cayó en las provocaciones e inclusive fue clara al decir: “La Presidenta del Ecuador seré yo, no Rafael Correa”.
El post debate tiene a un Daniel Noboa tratando de corregir y revertir la imagen proyectada y a una Luisa González más segura, hablándoles a los indecisos y remarcando su figura de madre y mujer profesional, luchadora y de experiencia.
Quedan menos de 15 días para el balotaje y el camino parece haberse alargado para uno y acortado para el otro. ¡Veremos!
La opinión de Héctor Calderón.