Por: Tatiana Sonnenholzner, especialista en comunicación digital
Durante estos años me puse, por voluntad propia, en la categoría de conejillo de indias para recopilar esta información y compartirla.
En este manual, con base a la experiencia y no a la ciencia, les contaré sobre algunas pautas que considero necesarias para alcanzar el mérito al “buen ciudadano”. La recompensa puede no ser inmediata y parecer altruista, pero al final del día los resultados son beneficiosos para uno mismo también. La rueda sigue girando y quieras o no, directa o indirectamente, te toca. Leí en algún lugar que lo que estamos viviendo ya pasó, alguien hizo algún movimiento para que el hoy se traduzca en esa determinada situación por la que atravesamos, no nos damos cuenta o, al menos no de manera consciente, pero alguien influyó para/por ello.
El primer paso posiblemente sea el más complejo de realizar, pero como todo lo que significa modificar o implementar nuevos hábitos. La dificultad dura hasta que las acciones se hagan costumbres.
1) Empezar, literalmente
Decidir hacerlo y sostenerlo. Antónimo de sencillo, pues una vez que sacas la venda del confort de los ojos no queda más que hacerse cargo.
2) Comprender y aceptar que vive en comunidad
Para alcanzar el mérito esta premisa debe ser su mantra y aunque sea frustrante cuando descubra que el vecino todavía no conoce de este manual, respire hondo y siga con su objetivo, que aunque tarde, pronto se contagiará.
A continuación un ejemplo:
Estaba apurado por llegar a su trabajo, el único parqueadero disponible era para una persona con discapacidad. Decide tomarlo, pues su reunión es muy importante y no le tomará más de media hora. A continuación llega una persona que, por derecho, tiene prioridad en el espacio que usted previamente ocupó, tenía una cita en el mismo edificio para entregar su hoja de vida, nunca llegó, nunca entregó el documento y nunca le llamaron para el puesto. Usted, continúa con su día y seguramente la otra persona también, no queda más, pero esa oportunidad usted se la arrebató de manera violenta y arbitraria sin siquiera tocarle un pelo… La rueda sigue girando.
Así mismo en el caso contrario. Usted se responsabiliza por su error, decide que no es pertinente ocupar un espacio que no le corresponde, acepta y se va. La otra persona llega, entrega lo que tenía planeado y consigue el trabajo. Así, sin tocarle un pelo usted contribuyó para que alguien más consiga su objetivo. Solo con esto usted esta cada vez más cerca de alcanzar el mérito. Sin embargo antes de entregarle la medalla, es necesario cumplir con este requisito también.
3) Ser puntual
Parece un detalle, pero es una grosa prioridad. Nada le pasaba a la persona del primer ejemplo si usted configuraba su alarma y organizaba bien su tiempo. Este tercer punto comunica más que un funcionario en campaña. Como conejillo de indias que soy le puedo asegurar que en las grandes ligas las personas que toman decisiones sobre temas que afectan el curso de las cosas, evalúan con base a esto. En un mundo tan competitivo y con humanos cada vez más capacitados todo es un extra que suma puntos para que tú seas el elegido entre la multitud. Llegar a la hora acordada, cumplir con ese compromiso, no cancelar a última hora dice mucho de la personalidad y cuan seria es su palabra. Además las matemáticas revelan que si una de las partes falla en lo previamente pautado, una tendrá que ceder y usualmente es quien irrespetó ese acuerdo, al menos, si quiere conseguir lo que estaba buscando.
Hablando de detalles, de eso se trata el cuarto requisito.
4) Hacer pequeños gestos para obtener grandes resultados
Si nos ponemos profundos, ganar este mérito no requiere mayor cosa que voluntad. Es decir, no es necesario invertir recursos económicos o hacer sacrificios humanos, de hecho es gratis y el practicarlo potencia capacidades y amplias oportunidades. Son las acciones que no hacen tanto ruido ni necesitan decoración extra para lucirle, porque hablan por si solas. Ponerse a un costado en la escalera para que quien necesita ir más rápido tenga el camino libre, ceder el paso o espacio, mirar a los costados antes de cruzar, agradecer o simplemente ser como quisieras que sean contigo.
¿Una frase más cliqué no había? Seguramente sí, pero ninguna tan verídica como esta que tal vez carece de buena reputación, porque aquí el orden de los factores si altera el producto y en el requisito número cinco te explico entonces como va.
5) Saber recibir y llevar el mérito en el pecho
Recuerdan que mencione que la rueda sigue girando y que alguien movió una ficha para que suceda lo que está pasando. Es así, das lo que recibes, solo que no siempre de la misma persona, ni siquiera en la misma fecha o en las mismas cantidades ni bajo las mismas condiciones, pero vuelve. En forma de galletas de navidad sabor a mantequilla que una mujer hoy te regala porque hace unos meses le cediste tu paraguas a un señor en la parada del bus. En libros que tu compañera del trabajo te da sin esperarlos porque le ayudaste a cargar una caja pesada hace unos meses atrás. En la oportunidad de ser parte de un evento económico internacional porque tu amiga, a la que le escuchaste porque se sentía mal le comento al novio de su hermana que conoce a alguien con habilidades comunicativas. En que te acepten de ese trabajo al que aplicaste porque recibiste a una persona en tu casa cuando no podía pagar un hospedaje.
Todo esto es real, esta es mi religión, no es por ganar ningún mérito, pero si tengo esta oportunidad de escribir porque alguien cree que mi opinión merece ser publicada, la usaré para decirles que todos y todas estamos pasando por alguna situación compleja como para sumarle hostilidad a la vida de alguien más con nuestra propia inconformidad.
Si llegaron a esta parte del texto, recoja su mérito y compártalo.
La opinión de Tatiana Sonnenholzner.