La movilización que este viernes, 15 de noviembre, reunió en Quito a trabajadores, estudiantes, comerciantes y organizaciones sociales para rechazar la gestión del presidente Daniel Noboa, terminó con enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía, que finalmente dispersó a los participantes en la marcha con gases lacrimógenos luego de que varios neumáticos fueron incendiados.
Miles de ecuatorianos salieron a las calles y exigieron la salida del mandatario por su ineficaz gestión ante la crisis multidimensional que sufre esta nación sudamericana, con inseguridad, apagones y desempleo.
De esa forma, la ciudadanía expresó su malestar hacia el gobierno por la falta de inversión en educación, en hospitales y en obras para el país, así como con el manejo de la crisis energética.
El presidente del Frente Unitario de Trabajadores, José Villavicencio, señaló que esta protesta es el inicio de una serie de acciones en contra de las políticas del Ejecutivo.
“Hay un descontento porque es un Gobierno incapaz, mentiroso, que no ha resuelto los problemas del país y que hoy con tintes de dictador busca soluciones a costa del pueblo ecuatoriano”, criticó el líder sindical.
Recordó que el 21 de noviembre volverán a las calles porque la ciudadanía está cabreada y aunque hay cerca un proceso electoral existe el derecho a la protesta social y la resistencia.
La marcha en Quito avanzó desde las afueras de la sede del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social hasta el Centro Histórico y aunque intentaron llegar al Palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo, les fue impedido por vallas y decenas de policías.
En otras ciudades del país, como Latacunga, provincia andina de Cotopaxi, y Guayaquil, en la costa, también hubo movilizaciones de estudiantes, trabajadores, indígenas, campesinos y hasta desempleados.