Las protestas en Napo, contra la construcción de una cárcel de máxima seguridad en el cantón Archidona, se agudizaron la noche de este jueves, 12 de diciembre, cuando los manifestantes desalojaron a los policías que custodiaban la Gobernación de esa provincia amazónica y se plantaron frente a la institución.
En redes sociales circulan imágenes del enfrentamiento entre los uniformados y miembros de los pueblos y nacionalidades amazónicas que participan en el paro indefinido.
Los participantes en las movilizaciones reiteraron su rechazo a la construcción de la cárcel de máxima seguridad en ese territorio, iniciativa del Gobierno del presidente Daniel Noboa.
Este jueves, se reunieron en una Asamblea donde rechazaron la firma del contrato para la ejecución de la obra, cuya edificación ya fue adjudicada por 51 millones de dólares, según reportes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae).
Tras 10 días de protestas, incluido el bloqueo de carreteras, se espera que este viernes líderes y residentes de Archidona, anuncien nuevas acciones de resistencia contra el centro penitenciario.
El líder de la Confeniae, José Esach, cuestionó los recursos destinados a la megacárcel, mientras para “no hay fondos para educación, salud, ni obras”.
Los líderes sociales señalan que una prisión allí tendrá impacto en el entorno natural y en instituciones educativas cercanas donde estudian alrededor de cinco mil niños y adolescentes.
El presidente Noboa presentó la idea de construir dos nuevas cárceles de máxima seguridad como parte del Plan Fénix, como denominó a su cuestionada estrategia contra la violencia y el crimen organizado.
Actualmente, el Ejecutivo levanta una de esas prisiones de máxima seguridad en la provincia costera de Santa Elena, con capacidad para 800 reclusos y a un costo de 52 millones de dólares.