Por: Héctor Calderón
El debate presidencial de la primera vuelta electoral en Ecuador, como era previsible, nos queda debiendo.
Es imposible mantener un debate cuando tienes 16 candidatos y un formato que se parece más a un concurso de preguntas y respuestas, que a un contraste de ideas. El Consejo Nacional Electoral y su Comité de Debates no aprendieron la lección de las últimas elecciones y, a pesar de que el debate es un ejercicio democrático, éste no aporta a la decisión que debemos tomar los ecuatorianos el próximo 9 de febrero.
Al formato y las preguntas, se suma la poca preparación de la mayoría de los candidatos. Respuestas leídas, mensajes aprendidos de memoria, poca capacidad para interpelar a los adversarios, propuestas que caen en lo ridículo y cero conexión con el momento que vive el país.
Está claro que el debate no ha cambiado nada en el tablero electoral. Para los indecisos, otra vez, las opciones estarán entre Noboa y González; y, seguramente, en esa decisión pesará mucho el discurso polarizado del correísmo vs el anti correísmo. Ni Daniel ni Luisa brillaron en sus intervenciones, pero tan malos son los otros, que los candidatos de ADN y RC tienen su boleto asegurado para el balotaje.
En el país urge una verdadera reforma al sistema de partidos y movimientos, al Código de la Democracia. No es posible que tengamos una elección presidencial con 16 candidatos, de los cuales 14 no llegan ni al 5%. La situación del país no da para esta pérdida de tiempo y recursos; el Ecuador necesita un presidente o presidenta con una estructura política detrás que responda a una ideología clara, que le permita formar un equipo con experiencia, con conocimiento y honestidad; y que le ayude a mantener una línea y plan de gobierno sin necesidad de llegar al clientelismo y el intercambio de favores.
Hoy el debate no sirvió, espero que en la segunda vuelta cumpla su función. ¡Amigo CNE, date cuenta!
La opinión de Héctor Calderón