Por Pablo Araujo
El petróleo es una mezcla de compuestos orgánicos que principalmente son insolubles en agua, estos compuestos son llamados hidrocarburos debido a que químicamente están formados principalmente de carbono e hidrógeno, entre otros elementos.
El petróleo, conocido también como oro negro, petróleo crudo o simplemente crudo, se produce en el interior de la tierra, por transformación de materia orgánica acumulada en trampas geológicas naturales, las cuales llamamos pozos de petróleo.
Una vez que el petróleo es extraído de la tierra, este debe sufrir una serie de transformaciones para poder utilizarse en las diferentes industrias, esas transformaciones se conocen como refinación.
Varias son las operaciones implicadas en la refinación, puedo mencionar la destilación fraccionada de petróleo, de la cual se obtienen los derivados conocidos como: gases licuados, nafta, gasolina, queroseno, gasóleo, fueloil, aceites lubricantes, asfalto y alquitrán.
Una segunda etapa de refinación de petróleo es lo que conocemos como petroquímica, la cual busca convertir químicamente al petróleo crudo y sus derivados en productos o materias primas útiles, tales como: fertilizantes, pesticidas, herbicidas, asfaltos, detergentes, lubricantes, perfumes, saborizantes, fibras sintéticas y los distintos plásticos.
En la actualidad contamos con tres refinerías primarias, dos oleoductos, varios terminales de distribución y almacenamiento de crudo y sus derivados, lastimosamente no contamos con instalaciones de petroquímica.
Somos un país productor de petróleo que no tiene la capacidad de producir la cantidad de derivados primarios que necesita, por eso los importamos, así como importamos todos los productos que salen de la petroquímica.
Somos un país, que, por taras ideológicas, políticas y corrupción no hemos sacado provecho a nuestro principal recurso natural. Recurso humano técnico para administrar las instalaciones que disponemos existe y lo formamos a diario en nuestras universidades públicas y privadas, sin embargo, la historia nos muestra que ha primado lo político corrupto antes que lo técnico, un completo absurdo.
El Gobierno ha lanzado la idea de poner en manos privadas la administración de nuestras refinerías ¿de donde salió esta idea? Desde mi visión, de los últimos 49 años de administración pública que dolorosamente han demostrado que gastamos mas recursos de los que generamos y eso no es sostenible en el tiempo.
La credibilidad política que goza el Gobierno nos impulsa a creer que las acciones que tomará en materia petrolera están encaminadas a dejar a un lado la corrupción y en el tiempo volver eficientes muchos procesos.
Demos el tiempo necesario a que las ideas, se transformen en acciones y que estás se ejecuten, para entonces sí realizar la necesaria comparativa de resultados y sacar nuestras conclusiones.