El presidente Guillermo Lasso recibió este 24 la banda presidencial y el Gran Collar de la Orden al Mérito, en la Asamblea Nacional.
«Sí, juro», dijo el flamante Jefe de Estado ante invitados y legisladores presentes en la ceremonia de cambio de mando, y en presencia de Lenín Moreno, quien concluyó su mandato para el cual fue electo (2017-2021).
También fue investido en el cargo como vicepresidente constitucional de la República Alfredo Borrero.
Emocionado, Lasso dedicó sus primeras palabras al pueblo ecuatoriano y dijo que esta ceremonia tiene lugar a un año del bicentenario de la Batalla de Pichincha, que dio inicio al trayecto hacia la vida republicana.
«Es un día de rememoración pero sobre todo es un día de renovación», aseveró.
Dijo que es un día para reflexionar si se ha hecho honor a los patriotas que murieron en la lucha por ideales.
«Yo pregunto, ¿el país que hoy recibimos responde a la grandeza de aquel sacrificio?», cuestionó y añadió que la realidad dice que no: «no hemos estado a la altura».
Expuso que hoy recibe el país con cifras altas de desempleo y donde ha reinado la incapacidad para afrontar la pandemia.
Citó las lacerantes desigualdades entre el mundo rural y el urbano, con altos índices de desnutrición, un país, dijo, que le ha fallado a su juventud en educación y en creación de oportunidades, que mantiene en el más humillante olvido a sus jubilados, y donde ser mujer representa un peligro.
Indicó que «nuestros gobernantes nos han fallado» por la sencilla razón de que traicionaron a los principios fundacionales y cedieron a la peor de las debilidades políticas: la tentación autoritaria, y se dedicaron al obsceno culto del caudillo.
«Más de 14 años después, en Ecuador aprendimos que solo hay una respuesta posible para el autoritarismo: la Democracia», manifestó.
Aseguró que hoy finaliza un «ciclo vicioso» en vías de un «Ecuador del encuentro».