El presidente Guillermo Lasso prometió que ampliará la zona de protección marina de Galápagos en 60.000 kilómetros más. Sin embargo, Cristina Cely, activista ambiental, indicó que la idea original consistía en que se amplíen 360.000 kilómetros. Tras los diálogos, las organizaciones cedieron a que sean 130.000 kilómetros.
Pese a este pedido, la decisión de Lasso consistió en otorgar 60.000 kilómetros. Pero, Cely alertó que incluso ese número no abarca a una protección total. Por el contrario, dijo que solo 30.000 kilómetros tendrán protección total y en los bordes de estos, que corresponde a 30.000 kilómetros, los pescadores podrán operar. Es más, dijo que esta oferta le conviene más al sector pesquero.
De acuerdo con Cely, el presidente acudió a la COP26 en medio de exigencias por su política a favor de la explotación minera y petrolera. Así, las ofertas no giraron en torno a estas temáticas de preocupación de los sectores ambientales, sino a favor de Galápagos. “No me gustaría que los anuncios sean una cortina para calmar los ánimos sobre otros temas ambientales”, lamentó la activista.
La ambientalista recalcó que el pedido que plantearon desde su sector, afectaría en el 5% la actividad pesquera en la etapa inicial. Pero, también enfatizó que, tras superarse esa etapa, los mayores beneficiarios serían los pescadores. Lo dijo para indicar que, con la protección marina, las especies se reproducen en mayor cantidad y, por tanto, contribuye a que la pesca tenga mayor eficacia.
Cuestionamientos a otros actores
Cely cuestionó la actual postura del viceministro de Acuacultura y Pesca, Andrés Arens, y Bruno Leone, presidente de la Cámara de Pesquería.
Según criticó la ambientalista, ahora tanto Arens como Leone celebran la oferta de Lasso, cuando en el pasado se opusieron a la expansión de la reserva marina de Galápagos. “Incluso hubo una reunión en Galápagos donde hablaron de una sobrepoblación de tiburones. Decían que había que bajar el número de tiburones. Arens decía que la creación de un corredor entre Galápagos y Coco (islas de Costa Rica) no era la solución”, alarmó Cely.
En esa línea, dijo que “en declaraciones, Arens decía que no hay respaldo científico técnico para la creación de la migrovía”. Así, la ambientalista recordó que la idea de una zona migratoria segura no solo es de Galápagos a Coco, sino que la zona incluye varias islas que se beneficiarán como Malpeló en Colombia y Coiba en Panamá.