Según el analista económico Alberto Acosta Burneo, entre 2007 y 2019, el número de créditos que otorgó la banca a los ecuatorianos, se redujo en 0,6% cada año. Así, aunque subieron los montos, alertó que “los techos a tasas de interés lo que provocan es explosión financiera”. Es decir, indicó que provoca que cada vez existan menos beneficiarios de créditos porque los expulsaron del sistema. “Esto es exclusión financiera: menos créditos para las personas”, dijo.
Por ello, explicó que cuando el gobierno fija la tasa de interés por debajo del costo de mercado, cae la oferta y aumenta la demanda. Así, aparecen otros mecanismos para restringir el acceso a créditos.
Frente a ese escenario, el analista mencionó que sí se pueden fijar las tasas de interés, pero “el origen de la tasa es ver si hay la cantidad de ahorro para prestar”.
Las soluciones
De acuerdo con el analista, el país debe transitar a un esquema desregulado de tasas de interés, pero también intervenir en la oferta de ahorro. Así, alertó que en 2021 la tasa activa cayó a 7,44%. Es decir, se trataría de la caída más fuerte que ocurre desde 2007. Esto, señaló no se da porque bajaran las tasas de interés, sino debido a que aumentó la cantidad de ahorro disponible. “Si se quiere una reducción de tasas, hay que trabajar para que haya más ahorro disponible”, agregó.
En esa línea, señaló que el Ecuador debe ir a una tasa abierta. Con ello, indicó cinco caminos para adoptar: modernizar la legislación bancaria que, de acuerdo con Acosta Burneo, es una legislación arcaica; además, dijo que el Ecuador se debe abrir a la intervención internacional; por otro lado, liberar las trabas al flujo de capitales que, como primer punto, requiere la eliminación del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) y, con ello, que ingresen más capitales; también, racionalizar los esquemas de requerimientos de liquidez; y, finalmente, ser competitivamente tributarios.
“Cuando se trabaje en estos temas, los techos en tasas de interés serán irrelevantes y, como resultado, más bajos”.