Por: Dra. Elisa Morán, estudio jurídico Puente & Asociados
Hace poco tiempo mi papá me envío un análisis de John Clauser, premio Nobel de Física 2022, donde hace importantes conjeturas respecto del cambio climático, entre ellas la siguiente que me ha dejado pensando:
“La narrativa dominante sobre el cambio climático refleja una peligrosa corrupción de la ciencia que amenaza la economía mundial y el bienestar de millones de personas. La ciencia del clima mal dirigida se ha transformado en pseudociencia periodística. Después esta pseudociencia se ha convertido en el chivo expiatorio, la supuesta causa de todo tipo de males. Esta evolución ha sido generada y generalizada por comunicadores corporativos, políticos, periodistas y ambientalistas. Mi opinión es que no hay crisis climática. Sí existe, en cambio, el problema muy real de proporcionar un nivel de vida decente a una gran parte de la humanidad y una crisis energética relacionada. Este problema se ve exacerbado innecesariamente por lo que es una ciencia del clima incorrecta“.
Desde 1996 mi práctica profesional la he desarrollo en torno al sector minero y ambiental y solo puedo coadyuvar a lo dicho por John Clauser con lo que hoy por hoy está pasando en mi país Ecuador en el desarrollo de proyectos mineros.
La minería en Ecuador siempre ha existido, mucho antes de la aparición de los nuevos actores opositores o bien llamados pseudoambientalistas. El boom de inicio exploratorio pude evidenciarlo en los años noventas, pude estudiar y aplicar su normativa, pero también he tenido la suerte de evidenciar, aportar en los ajustes normativos y contractuales durante el desarrollo de los proyectos en explotación, también he vivido experiencias que me han permitido ver como el desarrollo de una industria puede desarrollarse de la mano y con el cuidado a lo humano o social y a lo ambiental. Por ello, con justificada razón, puedo decir que en Ecuador el cambio climático y todas aquellas “novelerías” constituyen la justificación perfecta de ignorantes allanados y ajenos a la realidad de un país para oponerse y pretender prohibir las actividades de minería legal, pretendiendo mantener al Ecuador y su gente en un subdesarrollo, mientras contrariamente en los discursos hablan de desarrollo sostenible, carbono neutro, reducción de emisiones, oposición a la minería, entre otros, pero en su vida diaria no pueden dejar de usar minerales o combustibles fósiles, proponen el desarrollo de energías renovables sin saber que dichas energías requieren todavía más minerales metálicos.
Bajo el pretexto del cambio climático y defensa de los derechos constitucionales, como el derecho a la naturaleza y el derecho a la participación, se han generado en estos últimos años acciones constitucionales (consultas populares, acciones de protección y acciones públicas de inconstitucionalidad), solicitud de dictámenes favorables y resoluciones de jueces de primera y segunda instancia y de la misma Corte Constitucional, que ha limitado, prohibido y generado graves conflictos normativos y po por otro lado autoridades que han generado políticas públicas que son letra muerta o probablemente no las entienden o no les conviene ejecutarlas.
Ahora bien, en cumplimiento del Dictamen Constitucional DICTAMEN N° 7-21-CP Y ACUMULADO/22 DE 12 DE ENERO DE 2022[1] nos vemos frente a una CONSULTA POPULAR respecto de actividades mineras de exploración y explotación metálica bajo regímenes artesanal, pequeña, mediana y gran minera en la ManComunidad de El Chocó Andino conformada por las parroquias de Nono, Calacalí, Nanegal, Nanegalito, Gualea y Pacto, donde a criterio de la bendita Corte Constitucional, todo el Distrito Metropolitano de Quito (DMQ) debemos pronunciarnos y no solo las parroquias de influencia quienes realmente debe decidir qué es lo que quieren. Además, se han extralimitado al otorgar competencias al DMQ respecto de que debe incorporar en el Plan de Uso y Gestión del Suelo PUGS, regulaciones del subsuelo que son de competencia del Estado por constituir la minería un sector estratégico, sin considerar el principio de dominio de los recursos minerales que el derecho y competencia superficiaria es independiente del derecho y competencia del subsuelo.
Llama la atención que luego de tantos años resulta que los pseudoambientalistas se activan y resulta que ahora sí les importan tanto la declaración de BIOSFERA, LOS CIENTOS Y MILES DE ESPECIES en El Chocó Andino, pero ¿qué han hecho?, ¿qué iniciativa de proyectos a largo plazo desarrollan en territorio para la protección de El Chocó?, ¿qué han hecho para el “desarrollo sostenible”? ¿Han aportado al mejoramiento de escuelas, dispensarios médicos e incluso al mantenimiento vial?, de parroquias por años intervenidas con la construcción de un sin número de hoteles, grandes urbanizaciones, caminos de acceso, restaurantes, paraderos, gasolineras, criaderos de tilapias, destinos de miles de turistas sin control para visitar ríos, bosques donde se realizan actividades deportivas sin regulación etc, etc, etc., y entonces ¿esas actividades no generan impacto? ¿Todas esas actividades cuentan con los permisos ambientales? ¿Esas actividades contaron con los permisos para la tala de árboles nativos? Reportaron las especies afectadas para construir los hotels? Están aplicando planes de acción y planes de manejo ambiental? Cuentan con autorizaciones de uso y aprovechamiento de agua? Etc, etc, etc. CON SEGURIDAD PUEDO DECIR QUE NO, sin embargo, se oponen a la minería que es un actividad que no puede EJECUTARSE sin observar todos los permisos antes mencionados, más aquellos que ha establecido la Corte Constitucional y otros más y que además constituye una actividad virtuosa porque puede coexistir con otras actividades como las mencionadas haciéndolas sustentables, aportando a la generación de trabajo y sobre todo haciendo lo que otras actividades no lo han hecho, ni lo harán, GENERANDO proyectos sostenibles a largo plazo para el mejoramiento de condiciones de vida de sus habitantes con consciencia ambiental.
¿Y por qué afirmo que no lo harán? Porque simplemente estos pseudoambientalistas son asalariados de ONG’s nacionales e internacionales que les pagan, por supuesto muy bien, por oponerse al desarrollo y mejoramiento de condiciones de vida justamente cayendo en el discurso incorrecto en uso de una pseudociencia, tal como lo mencioné al inicio. Ser ambientalista es rentable y está de moda porque es la mejor forma de darse un baño de fama, nacional e internacional y que les agranda tanto el ego alimentado por su participación en grandes foros internacionales o simplemente por ser ahora visibles ante la opinión pública por la foto.
[1] a. INTI FELIPE ARCOS TORRES, ARSINIEGAS FUERTES OSWALDO MILTON, SEVILLA LARREA ROQUE, PANCHI ALVEAR JESÚS NOEMI Y OTROS – PRESENTAN ACCIÓN EL 27 DE SEPTIEMBRE DE 2021: CAUSA 7-21-CP.
b. ALBERTO LOZA – PRESENTA ACCIÓN EL 27 DE OCTUBRE DE 2021: CAUSA 8-21CP. La Corte Constitucional acumula las dos causas “por guardar identidad objetiva”.
Lo lamentable de su fundamentalismo ambiental es que hasta ahora no han logrado desmostrar los supuestos impactos de la minería, SE OPONEN A TODO Y NO ESTÁN DE ACUERDO CON NADA, así lo hicieron cuando se anunciaba y socializaba la construcción del OCP, hasta llegaron a amarrarse a los árboles en defensa de la naturaleza, por suerte se construyó el OCP y años más tarde ¿qué ha pasado? ¿qué ha sucedido de todo lo que dijeron que iba a pasar? Al contrario es una actividad controlada y con una mínima intervención; pero LO QUE SI PUEDE PASAR en esta consulta popular, es que ante una negativa de desarrollo de actividades mineras legales, se desarrolle la minería ilegal que si generará impactos ambientales irreversibles e impactos sociales irrecuperables, lo que se llama IMPACTO NEGATIVO IRREVERSIBLE; aparecerán los pseudoambientalistas con acciones legales en contra de los ilegales o brillarán por la ausencia como ya lo hemos visto.
Ni el desconocimiento, ni las emociones, ni las frustaciones o perjuicios en muchos casos, son fuente de derecho y bajo ningún concepto las autoridades o jueces pueden pretender colegislar contrariando la mismísima Constitución. Mientras éstos personajes evolucionen, no podremos avanzar hacia un verdadero DESARROLLO SOSTENIBLE que genere un verdadero efecto de VALOR COMPARTIDO para nuestras comunidades, donde se trabaje ante todo por los intereses de nuestro país que quiere PROGRESO con todo su gran potencial minero; por eso hago un llamado a VOTAR NO, a ser parte de la solución con responsabilidad y a alzar la voz y reclamar por mejores autoridades realmente comprometidas.
Opinión, en Primera Plana.