Aunque para Fernando Carrión, especialista en temas de seguridad, fue acertada la decisión del presidente Guillermo Lasso de separar el Ministerio de Gobierno con el del Interior; la falla se dio en convertir a este último en un Ministerio de la Policía. Además, señaló que existe una política de mano dura que produjo la existencia de un decreto de estado de excepción cada cuatro meses.
Para Carrión, mirar al Ministerio del Interior como un Ministerio de la Policía produjo una contaminación en el ministro, quien es un “policía retirado de alta graduación en mucho tiempo respecto de la época en la que él estaba en el ejercicio de sus funciones como policía”.
El femicidio de María Belén Bernal
Carrión analizó que el femicidio de María Belén Bernal lo contaminó al ministro Patricio Carrillo porque él es un expolicía. Así, mencionó que quien debió asumir las declaraciones sobre el caso era el Comandante General de la Policía, representante de la Institución.
Por otro lado, cuestionó que en el Gobierno se dé la constante de cambiar de ministros en poco tiempo. En el caso de Carrillo, él dura menos de seis meses. “¿Qué se puede hacer en un lapso tan corto donde además se crea un Misterio y que el propio ministro debía crear ese Ministerio?”, criticó.
Ahora, el Presidente decide ubicar a otro expolicía como titular del Ministerio del Interio. “Va a pasar exactamente lo mismo, con la diferencia de que Zapata tiene una graduación más baja, de teniente coronel, que la de Carrillo quien era general, y tiene mucho más tiempo de distancia frente a la Policía; pero, sigue siendo un policía y entonces yo creo que ese es una limitación fuerte para las políticas de seguridad”, analizó Carrión.
Los decretos de estado de excepción
Carrión explicó que el Ministerio del Interior, al enfrentar la inseguridad, tuvo que mantener una política de mano dura. Así, se dio una declaratoria de estado de excepción cada cuatro meses en los 16 meses de Gobierno de Lasso. “Esa política no está dando resultados”, lamentó Carrión.