Por: Héctor Calderón
En el Ecuador se registran más de 220 femicidios en lo que va del 2023. Es decir, en los 257 días del año que llevamos, casi cada 24 horas una mujer es asesinada. ¿De qué justicia, de qué equidad, de qué desarrollo, de qué inclusión, de qué paz podemos hablar? Definitivamente, el Ecuador no es un país seguro para las niñas y mujeres.
A un año del brutal asesinato de María Belén Bernal, han salido a la luz más casos que nos dejan a todos con un nudo en la garganta por el dolor y la indignación. Los casos de Letty y Karen nos estremecieron el corazón. No es posible que una chica joven, profesional, trabajadora decida salir a divertirse una noche y no regrese nunca más a su casa. No es posible que una mujer sea estrangulada por reclamar, exigir que un padre irresponsable responda por la manutención de su hijo. No es posible que en esta sociedad convivamos con psicópatas, capaces de violar a una mujer, asesinarla, desmembrarla y tratar de desecharla como basura.
Tampoco es justo que solo para los discursos y las conmemoraciones los políticos se acuerden de esta problemática. El famoso Ministerio de la Mujer creado por este Gobierno no llegó ni a ser una buena intención. El tener una entidad sin capacidad de gestión, sin planificación, sin recursos es simplemente un acto de lavado de imagen y conciencia que no tiene ningún impacto.
De nada sirve que nos llenemos la boca hablando de equidad y justicia social, cuando nuestras hijas, nuestras hermanas, madres, esposas, amigas no pueden caminar en la calle tranquilamente. Cuando las mujeres son vejadas en el transporte público, discriminadas en el ámbito laboral y criticadas por como visten, como lucen o como piensan.
Tenemos una deuda enorme con las mujeres de nuestro país. No basta con decir “no están solas”, hay que actuar. Esta no es una lucha solo de ellas, también es de nosotros, es de todos. No podemos quedarnos como meros observadores porque, hoy o mañana, la víctima puede ser nuestra hija, nuestra madre, nuestra amiga. Exijamos al Estado que cumpla su rol. Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Policía, todas las autoridades e instituciones, deben trabajar por erradicar la violencia de género con políticas públicas transversales que lleguen a todo el territorio, con presupuesto que permita educar y prevenir, con firmeza y decisión para eliminar la impunidad y la complicidad. ¿Qué se necesita? La voluntad, el entender que esto no es un mito, que es una realidad latente porque, recordemos, casi a diario una mujer es asesinada en Ecuador.
Como padre, como hijo, como hermano, como hombre seguiré luchando, desde mis espacios, por una sociedad en la que las mujeres, en la que mi hija pueda crecer y vivir en una sociedad segura, justa y equitativa. ¡Ni una menos!
La opinión de Héctor Calderón.