Por: Andrea Velásquez, docente de Marca Personal y Media Training
Acabo de cerrar un artículo académico con mis colegas Claudia Rodríguez y Fabricio Vela, a quienes admiro y respeto profesionalmente. El documento se concentra en los desafíos de la vocería digital. He disfrutado mucho de su elaboración, ya que nos permitió analizarlo desde diferentes enfoques: la comunicación gubernamental, la comunicación institucional, la marca personal, el periodismo y la opinión pública. Creo que este trabajo será un buen respaldo académico una vez que supere el rigor del proceso de revisión por pares. Como todo académico, espero que sirva a las futuras generaciones de comunicadores ya todos aquellos que, en algún momento, deben representar a sus instituciones cuando se enfrentan a los medios de comunicación.
Los últimos acontecimientos en Ecuador llaman a todos los involucrados en la Comunicación a tratar de comprender, al menos en parte, lo que está sucediendo cuando los libros, las teorías y los manuales parecen no encajar. Caroline Ávila y Pedro Donoso, en el noticiero «A Primera Hora», ratificaron que en los sucesos actuales la culpa no es de la comunicación, sino de cómo se gobierna. En un interesante debate, destacaron puntos clave en la Comunicación Política, de la que son expertos.
Pero insisto, cuando las teorías, los manuales, los expertos, los inexpertos y todo un país nos enfrentamos a una gran desinformación, por lo menos nos queda recordarles a los comunicadores y voceros (de cualquier institución) la importancia de su papel y su responsabilidad cuando realizan una presentación en medios de comunicación. Un vocero debe ser una fuente de información veraz y coherente. En el mundo OFF y en el entorno digital, cualquier inconsistencia en el mensaje puede ser fácilmente detectada, compartida y criticada. El público tiene acceso a múltiples fuentes de información, por lo que la credibilidad de un vocero está bajo constante escrutinio.
Los memes
Quiero dedicar un espacio especial en este artículo a los memes. Cuando coloco un comentario acerca de que los memes merecen todas las investigaciones y tesis doctorales de comunicación que requieran y pese a que ya existen; nunca lo pienso en broma. Creo que esta particular narrativa y forma de comunicación nos lleva a buscar una metodología cualitativa profunda de un recurso que puede comunicar con una facilidad impresionante.
En el Ecuador, los memes han cobrado una relevancia particular como una herramienta de comunicación y narrativa popular. No solo son vehículos de humor, sino que también actúan como formas de comentario social y político. En este contexto, los memes pueden reflejar el estado de ánimo de la población, canalizar frustraciones y, en ocasiones, sintetizar opiniones complejas en imágenes y frases.
En estos días entre todos los temas mediáticos, hemos visto incluso figuras políticas que se han sumado y han utilizado recursos tipo “humor” para explicar su postura. Entre pitos, velas, imágenes de comics y varias alternativas, la comunicación cada día nos sorprende, pero algo que es cierto es que todas las audiencias digitales estamos en la onda de estar a la expectativa de estos recursos.
Para los voceros y figuras públicas, entender el poder de los memes debería ser parte de su estrategia de comunicación. En situaciones de crisis, los memes pueden amplificar mensajes, distorsionar la verdad o incluso poner en jaque la reputación de una persona o de una organización. Sin embargo, cuando se gestionan con habilidad, los memes pueden ser utilizados a favor, permitiendo conectar con audiencias jóvenes, como los millennials y la generación Z, que consumen y comparten.
En Ecuador, los memes han jugado un papel relevante en momentos de tensión política y social. Por ejemplo, durante elecciones o escándalos gubernamentales, los memes han sido utilizados para comunicar indignación o burlarse de las incoherencias del discurso oficial.
Un vocero que ignora esta dinámica cultural corre el riesgo de parecer desconectado de la realidad y de su público. Incorporar el análisis de memes como parte de una estrategia de comunicación puede ofrecer a los voceros una herramienta adicional para comprender mejor el clima de opinión y, eventualmente, para ajustarse.
Nuestras abuelas nos decían que detrás de una broma, existe una verdad, algo en lo que puedo resumir cuando analizo un recurso de este tipo. Recordemos que también estamos llamados a comprender y decidir responsablemente cuando compartimos estos recursos.
Finalmente, confiemos en que todos los responsables de la comunicación, voceros y las audiencias busquemos “estar comunicados”. Me encanta la definición de Gabriel Kaplún sobre Comunicación: “La comunicación es la producción de vínculos y sentido” Espero que todos logremos comprenderlo, con el fondo que se merece.
La opinión de Andrea Velásquez.