Por: Héctor Calderón
Finalmente, el campo Sacha, por el momento, no se adjudicará. El gobierno cedió ante las presiones de varios sectores de la sociedad y tuvo que buscar una forma para rectificar. ¿Qué se les ocurrió? Que el presidente Daniel Noboa salga a medios y redes sociales a dar un plazo al consorcio para que pague la famosa prima de un millón quinientos mil dólares.
Lo que para el equipo de Noboa era una jugada maestra no resultó tan así, porque otra vez se dejaron ganar el relato. Actores de la oposición, de diferentes bancadas y movimientos, periodistas, activistas han reclamado esta victoria como suya. La presión social hizo que el “tan buen negocio” que nos ofrecía Carondelet no avance.
Las peleas de la ministra Inés Manzano en redes sociales no sirvieron de nada. Su actitud agresiva desapareció y, más bien; ahora, vimos una ministra calma y resignada anunciando en Ecuavisa que el contrato ya no va, que ya no había más que decir sobre el tema; otra vez, generando dudas y más interrogantes.
Pero ¿por qué decimos que otra vez el gobierno perdió el relato? Porque no han sido capaces de sostener su estrategia. Si Daniel Noboa dio un plazo al consorcio para pagar esa prima, el mismo presidente debía salir en cadena nacional a decirnos que en nombre de la defensa de los derechos del país, de la soberanía y sus recursos naturales, había ordenado la suspensión de ese proceso. Nos hubiese mostrado una faceta de liderazgo, de firmeza; pero no.
Otra vez Noboa se esconde y, con él, la imagen de un mandatario que cedió ante la presión social, dando la razón a quienes mencionaban que la adjudicación del campo Sacha era un mal negocio para el país. Otra derrota para Noboa. Y si la otra semana decíamos que la comunicación no era lo suyo, pues lo estratégico tampoco lo es.
¿De quién es la victoria? Única y exclusivamente del pueblo ecuatoriano, cuyos intereses y soberanía no se verán afectados por acuerdos logrados entre gallos y media noche. Ahora, es deber del Estado asegurar que PetroEcuador tenga los recursos y capacidad necesarias para continuar con la explotación del campo Sacha. ¡Que siempre prime el bien común!
La opinión de Héctor Calderón