Por: Héctor Calderón
Al fin entendemos cuál es la estrategia de este Gobierno: distraernos. La última entrevista de Daniel Noboa con The New Yorker. En esta charla, el primer mandatario ecuatoriano abordó tantos temas que, seguramente, nos tendrá a todos distraídos por varios días en redes sociales y medios de comunicación. Este martes amanecemos hablando de la cárcel en la Antártida, del supuesto plan para asesinarlo, del pedido para que capturen a José Serrano en Estados Unidos, de la razón por la que se decidió invadir la embajada de México, del pésimo manejo de la política internacional al criticar a la mayoría de los presidentes latinoamericanos.
Mientras discutimos sobre estos temas, el país se sigue cayendo a pedazos y, esta afirmación es literal. ¿Los desastres naturales son previsibles? No, pero sí es posible mitigar las consecuencias. Cualquier autoridad nacional o local en el Ecuador sabe los riesgos naturales en los que vivimos. Sabe que hay épocas de intensas lluvias, que hay épocas de sequías, que hay riesgos de inundaciones, de deslaves; en fin, de todo lo que sucede cada año en el país y a lo que nunca estamos listos para enfrentar. ¿Es culpa de Noboa o cualquier otro presidente de que llueva o no llueva? Claro que no. Pero sí es responsabilidad del Gobierno de turno tener planes de contingencia, dotar de los recursos necesarios a las instituciones de emergencia, asignar los recursos (que la ley establece) para que los gobiernos locales también estén preparados. Resulta insólito e indignante que, por ejemplo, el alcalde Baños esté clamando por ayuda.
Y el país también se cae a pedazos en la salud. Cada vez hay más casos cercanos de pacientes desesperados porque no hay insumos para exámenes, para tratamientos, para cirugías. ¿Escucharon el caso de la niña a la que le operaron la pierna equivocada? Pues hoy, los médicos aducen que el error es por la falta de protocolos e insumos médicos en los hospitales públicos. Y así hay miles de casos más en los que la ciudadanía siente el abandono y la negligencia del Estado.
Que decir de la seguridad, la bandera de lucha de este Gobierno. No hablamos de percepciones, hablamos de ejemplos diarios que, así como los relacionados a la salud, cada vez son más cercanos a los ecuatorianos. Ya no son crímenes entre bandas, son robos violentos, amedrentamientos a familias, a dueños de negocio. La gente sigue saliendo a la calle con miedo. Las promesas no se han cumplido y lo que más molesta es que el discurso oficialista diga lo contrario, demostrando que viven en una burbuja.
Pensábamos que el gobierno de Noboa no tenía ningún plan, pero nos equivocamos. Está claro. El presidente arma incendios, lanza globos de humo, hace Tiktoks de tendencia para tenernos ocupados en estas discusiones y distraernos de todo lo que pasa en el país. Noboa y el arte de la distracción.
La opinión de Héctor Calderón