Ecuador conmemora este 24 de mayo, los 203 años de la Batalla de Pichincha, considera un hecho decisivo para la historia del país y una semilla para la formación de la República.
En una publicación a través de su cuenta en X, la Presidencia de la República rindió homenaje a los “valientes patriotas” que alcanzaron la victoria que marcó la historia y rumbo de la nación.
“Conmemoramos esta histórica batalla y rendimos homenaje a los héroes que lucharon por la libertad y que, con su sacrificio, iniciaron el camino hacia la independencia del Ecuador”, enfatizó el mensaje.
También la Asamblea Nacional celebró “con regocijo” los 203 años de la Batalla.
“Esta conmemoración nos compromete para hacer de Ecuador una sola nación de progreso, justicia y bienestar”, escribió el Parlamento en su cuenta en X.
Ceremonia en Templo de la Patria
Con una ceremonia en el Templo de la Patria, el presidente Daniel Noboa junto a otras autoridades del país, conmemoraron los 203 años de la Batalla de Pichincha.

Como parte de la Ceremonia Cívico Militar que conmemora también el Día de las Fuerzas Armadas, se entregaron las condecoraciones postmortem Cruz al Mérito de Guerra a los 11 militares asesinados en el Alto Punino, provincia de Orellana y condecoración Cruz al Mérito de Guerra 8 militares que sobrevivieron al ataque.

Noboa realizó una breve intervención en el evento conmemorativo por los 203 años de la Batalla del Pichincha.
«Dignidad y libertad resuena en nuestro corazón al conmemorar un año más de la batalla de Pichincha. Fue esa gesta gloriosa la que selló nuestra independencia y con manos firmes depositó nuestro propio destino en el corazón de cada ecuatoriano», dijo.
Durante su intervención, Noboa hizo un llamado a la unidad nacional para enfrentar una nueva amenaza: el narcoterrorismo.
“203 años han pasado y nos ponemos nuevamente frente a la historia, pero esta vez para derrotar a un enemigo que amenaza a nuestra patria con violencia y caos. En esta guerra interna, las Fuerzas Armadas vuelven a ser ejemplo del compromiso con la defensa de nuestra libertad y de nuestro futuro”.
El presidente agregó que “son días difíciles y reconocemos el enorme esfuerzo que realizan. El país entero respalda su trabajo y con su apoyo seguiremos consolidando las bases de este nuevo Ecuador”.
Por último, Noboa aseguró: “Hoy, somos un país que ha perdido el miedo y que abraza la esperanza. No tenemos tiempo para perder, hay mucho trabajo por delante. La historia nos espera, el futuro nos pertenece”.
El almirante Jaime Vela Erazo, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, fue el encargado de abrir el acto con un discurso en el que recordó el legado de la Batalla de Pichincha, pero también se refirió al actual contexto nacional.
“Hoy nos reunimos para recordar un momento crucial en la historia del Ecuador. Enfrentamos desafíos que amenazan nuestra seguridad y bienestar. Estamos en un conflicto armado interno, pero como nación debemos buscar soluciones pacíficas en beneficio de todos los ciudadanos”, afirmó.
Vela también hizo un llamado a la unidad nacional frente a las amenazas del narcoterrorismo y destacó el rol de las Fuerzas Armadas en esta lucha.
“Los soldados de ayer, que nos dieron la libertad, son los mismos que hoy extienden su mano solidaria a su pueblo. Pero esa misma mano es también la que empuña las armas con las que enfrentamos a diario a las organizaciones criminales. No descansaremos hasta conseguir la paz para nuestra patria”, expresó.
Finalmente, enfatizó que las Fuerzas Armadas están más cohesionadas que nunca y que no permitirán que las diferencias dividan al país.
“La Batalla de Pichincha nos recuerda que incluso en los momentos más oscuros, la esperanza y la determinación pueden encender la luz que ilumina nuestro camino. Sigamos ese ejemplo.”
El Grito de Libertad en las Cumbres Andinas
El 24 de mayo de 1822, en las faldas del volcán que domina la ciudad de Quito, el ejército independentista liderado por el general Antonio José de Sucre selló el destino de lo que hoy es Ecuador, liberándolo del dominio español.
Sucre, al mando de más de 2.900 soldados, buscó tomar por sorpresa al ejército realista del español Melchor Aymerich y plantó el enfrentamiento en las faldas del volcán Pichincha, en la madrugada del 24 de mayo.

La pelea ocurrió en el sector de Chaquimallana, delimitado por farallones de la Cantera, la quebrada en Santa Lucía y las laderas de cerros más altos.
Al mediodía de aquel 24 de mayo de 1822, después de varias horas de lucha cruenta, el ejército de Sucre doblegó al de Aymerich logrando la victoria.
La Batalla de Pichincha significó la liberación de la ocupación española en suelo nacional. Para la victoria del ejército patriota, centenares de héroes ofrendaron sus vidas para vencer a las tropas españolas.
Uno de los casos más icónicos es Abdón Calderón, quien, pese a estar gravemente herido, permaneció en el campo alentando a todo su batallón.
Hoy, 203 años después, la Batalla de Pichincha es recordada como un símbolo de lucha y autodeterminación.
En el sitio del enfrentamiento se erige la Cima de la Libertad, un monumento que rinde homenaje a los héroes de aquella jornada.
Cada 24 de mayo, los ecuatorianos celebran esta fecha con desfiles cívicos y actos oficiales, recordando que en las alturas del Pichincha no solo se libró una batalla militar, sino una victoria moral: la del derecho de un pueblo a forjar su propio destino.