Por: Nahuel Mendoza, analista político
Ecuador tiene una larga historia marcada por breves etapas de desarrollo económico, en fugaces contextos de bonanza; y, por graves crisis de recesión, con el sello de malos administradores del Estado.
Entre 1880 y 1895, este país se convierte en el mayor exportador de cacao; más tarde, la empresa Anglo descubrió el primer pozo petrolero, en Ancón, Santa Elena. La producción a niveles comerciales no se dio sino en 1925 y la exportación en 1928.
En 1948, Ecuador ocupaba el puesto 27 en exportación de banano. Para el año 1951 nos convertimos en el primer exportador del mundo.
En 1960, el camarón se convirtió en un pilar de la economía ecuatoriana.
Estos 4 productos (camarón, cacao, banano, petróleo), son los de mayor exportación y por ende los generan mayores ingresos a las arcas del Estado ecuatoriano.
Con este breve, pero importante antecedente, debemos mencionar que, desde el 24 de mayo de 2021, con el inicio del banquero presidente, Guillermo Lasso, Ecuador sufrió un cambio radical, donde el enfoque y políticas, apuntaban hacia la Banca para poder incrementar sus ganancias a costa de los ecuatorianos. Eso, sumado al aumento de la migración, dio como resultado un incremento de divisas, canalizadas a través del sistema bancario, inflando así sus ya abultados bolsillos. Con Lasso, un sector privilegiado de empresarios también se inmiscuyó en la cosa pública, con la finalidad de guiar los esfuerzos del Estado para beneficio propio y no para quien más lo necesitan.
Pero ahí no termina esta historia de despojo. La venta de este país, con vista al mar, se concretó un 23 de noviembre de 2023, cuando un niño rico asumió el poder Ejecutivo. El Estado dejó de ser tal, para asumirse como la empresa Ecuador S.A., gerenciada por Daniel Noboa, con todo un séquito de ricachuelos, quienes, cuál sanguijuelas, vieron en esta la oportunidad de chuparle la sangre al Estado, beneficiando sus negocios.
Como buen Gerente General, le importa poco o nada el marco legal de Ecuador S.A., se pasa por el forro el pronunciamiento de los empleados en varias consultas populares, como por ejemplo la NO explotación en el Yasuní, el NO al contrato por horas, NO al arbitraje internacional. Irrespeta el derecho internacional para irrumpir y asaltar las embajadas como bien se le antoja.
Noboa utiliza a su empresa Ecuador S.A., para promover sus otros negocios y los de sus allegados; para construir en lugares no permitidos por estar catalogados como patrimonios o zonas protegidas.
El Gerente General de nuestra empresa, utiliza a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional para proteger sus intereses, sus bienes y sus negocios. No se sonroja poniendo una tanqueta en Olón, tampoco muestra bochorno al enviar a todo un ejército a Palo Quemado, para cuidar los intereses de una empresa minera internacional como Atico Mining, donde se sabe, también tendría acciones societarias.
Mientras en las calles siguen asesinando, extorsionando y robando, el Plan Fénix sólo ha servido para cuidar los intereses de empresas transnacionales o aquellas que pertenecen al presidente Noboa, su familia y amigos; también para amedrentar a un pueblo que levanta su voz de protesta.
Les tomó 7 años (porque no podemos desmerecer la responsabilidad que tiene Lenin Moreno en toda esta debacle), para convertir al Ecuador, en un banco, una hacienda o una empresa al servicio de los millonarios de turno.
Nos despedimos de la República, damos paso a Ecuador, sociedad anónima.
La opinión de Nahuel Mendoza