Por: María Eugenia Molina. Doctora Ph.D. en Comunicación. Consultora, académica
Ecuador y Argentina comparten fecha de debate este 1 de octubre, en el caso de nuestro país será el debate de los candidatos que llegaron a la segunda vuelta electoral, mientras que en Argentina el debate corresponderá al primero de dos que los organiza la Cámara Nacional Electoral, CNE; el primero se desarrollará el 1 de octubre en la Universidad Nacional de Santiago del Estero y el segundo en la Universidad de Buenos Aires, esta institución de educación superior será también la sede del tercer debate entre los finalistas, en caso de haber balotaje, mismo que sería el 12 de noviembre.
Son cinco los candidatos que participarán el 1 y 8 de octubre en estos encuentros de carácter obligatorio: Sergio Massa, Javier Milei, Patricia Bullrich, Juan Schiaretti y Myriam Bregman, ellos son quienes superaron las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, PASO, del 13 de agosto del presente año; los ejes temáticos a desarrollarse en el primer debate serán Educación y Economía y en el segundo Seguridad y Trabajo y Producción, adicionalmente tratarán acerca de Derechos Humanos y Ciudadanía y Ambiente, que fueron temas escogidos por la sociedad de entre algunas opciones presentadas.
Javier Milei, el ultraderechista que ganó las PASO
Hablar de Milei es hablar de la figura del candidato de irrumpe con enorme fuerza en la escena política argentina con un discurso anti derechos, se autodenomina de derecha libertaria, es economista, diputado, pero ante todo, un personaje excéntrico que se va construyendo y posicionando desde las redes sociales con la ayuda de jóvenes liderados por el TikToker Iñaki Gutiérrez de 23 años, quien atribuye el éxito de su candidato en esta red, a que Milei “le habla de igual a igual a los jóvenes…mientras que los otros candidatos les tratan a los pibes como boludos”.
Más allá del éxito de las redes, hay que entender que Argentina pasa por circunstancias económicas fuertes, inflación galopante y una cotización del dólar que va al alza de forma permanente, esa incertidumbre que da lugar a distintos tipos de crisis, permite también que populistas de derecha y derecha extrema lleguen con discursos de salvadores de la patria, de saber qué hacer para sacar a los países de la terapia intensiva que viven, pero que a la hora de la verdad, no solo no lo saben, sino que el discurso radical con el que llegan al poder se materializa, se concretan las propuestas de romperlo todo, de dinamitar y de cortar con motosierra lo que el Estado está en la obligación de brindar a sus ciudadanos: salud, educación, servicios básicos, seguridad…
Recordemos que el voto es emocional y que frente a realidades de carencia y angustia, la población opta por ir a lo novedoso, a lo desconocido, a lo disruptivo porque siente que lo otro ha fallado y viene ese deseo de quemarlo todo y eso lo capitaliza quien ofrece aquello, la angustia por un presente de crisis puede ser el mejor aliado para un candidato como Milei que supo, al menos en las PASO, capitalizar el hartazgo de la gente y la miopía de los otros partidos, candidatos y estructuras políticas que no supieron leer (y actuar) ante el descontento popular, ante la angustia de la escasez; a pesar de contar con una indiscutible cantidad de votación fiel no pudo atomizar la insatisfacción de la gente, que ve en los ataques por parte del líder de La Libertad Avanza a los partidos políticos que están y han estado en el poder, una manera de hacerles sentir su molestia y su cansancio.
La estrategia comunicacional de Milei que se sustenta en la ira y frustración de la gente, amalgamada con su estilo brusco, desenfadado, violento de emitir sus mensajes, su manejo de marca personal en el que grita tanto de forma verbal como no verbal y la conducción de sus redes le ha valido el triunfo en las Primarias, por sobre candidatos como Massa o Bullrich; la encarnación orgánica de la ira está siendo efectiva y hace que sus votantes dejen de lado aspectos como la libre portación de armas, venta de órganos, comparaciones al Papa Francisco con el demonio, entre otros dichos de un candidato que se muestra abiertamente anti derechos, que su discurso es una permanente usina de violencias, y que ha hecho de aquello, su fortaleza.
El 22 de octubre, precisamente el día en que este libertario anti derechos que está en contra de la educación y salud pública y a favor de las privatizaciones, cumple 53 años de edad, serán las elecciones en Argentina y el resto del continente estará expectante de quién sea el que rija los destinos de este país al que, en lo personal le guardo un cariño inmenso y que deseo que mejore sus condiciones de vida, ello incluye el respeto a los derechos.
La opinión de María Eugenia Molina.