Por: Héctor Calderón
¿Cuál es el objetivo de la Embajada de Estados Unidos al denunciar la infiltración del narcotráfico en el deporte, instituciones del Estado, medios de comunicación y otros sectores del Ecuador? La realidad es que las denuncias de Michael J. Fitzpatrick no dicen nada nuevo pero lo que si nos sorprende es el momento y la poca claridad de las mismas.
¿Por qué el momento? Insistimos en que las denuncias no son un descubrimiento, está claro que el narcotráfico está impregnado en varios sectores del país desde hace mucho tiempo; pero ¿cuál es el interés del embajador Fitzpatrick para hacerlo ahora, cuando el país está encontrando algo de unidad y objetivos comunes? ¿Les interesa mantenernos divididos y polarizados? O ¿Es simplemente una distracción?
Y lo segundo. El gobierno de Estados Unidos tiene la capacidad a través de sus mecanismos de inteligencia e infiltración en varios Estados de saber con claridad y exactitud qué instituciones y quiénes están conectados con el narcotráfico en cada país del mundo. ¿Por qué hablar de generalidades y permitir que todos empecemos a elucubrar sobre a quiénes se refiere el embajador? Ya muchos dan nombres. En el tema del fútbol, los de un lado hablan de Emelec, los del otro de El Nacional o el 9 de Octubre. En el tema de medios de comunicación, los aludidos por La Posta los señalan a ellos, los afectados por las denuncias de Zurita o el fallecido Villavicencio, en cambio, ponen las dudas sobre los dos periodistas. No se diga en el caso de la justicia, unos señalan al Trujillato como el culpable, otros a la época del Correismo.
¿Ese era el real objetivo de Fitzpatrick? Que entre todos nos lancemos lodo. ¿A quién le beneficia eso? Claramente al país no. El Ecuador necesita verdad, transparencia, unidad y las declaraciones del representante del gobierno de Estados Unidos en nuestro país generan todo lo contrario.
¿Hay que investigar? Claro que sí, pero hay que hacerlo despojados de odios e intereses obscuros. Si la Embajada de Estados Unidos quiere ayudar, que lo haga con toda la verdad y con toda la información que posee, o sino, mejor que no estorbe.
La opinión de Héctor Calderón