Por: Tamara Idrobo, activista feminista
Los resultados de las pasadas elecciones han desembocado también, en que se empiece a nombrar a el machismo de las mujeres como parte de los análisis.
Aquí mi contribución para que todas las personas que persisten y se aferran en sostenerse a el poder que produce el culpabilizar a las mujeres de todo, absolutamente TODO, inclusive el de los resultados de las elecciones presidenciales, puedan hacer sus reflexiones.
Me pregunto y les pregunto: ¿Entienden realmente qué es el #machismo? ¿Cómo se conforma y se sostiene? ¿Han estudiado los principios sociológicos y culturares que sostiene a el machismo?
Supongo también, sin miedo a equivocarme, que muchas de sus opiniones son el resultado de sus experiencias netamente empíricas.
Sin pretender hacer una catedra sobre las construcciones del machismo, porque sería iluso hacerlo en una publicación de este tipo, permítanme compartir estos elementos:
- El #machismo es un conjunto de creencias, comportamientos y actitudes que hacen parte del sistema #patriarcal (predominio de la autoridad del hombre en una sociedad) que sostiene la superioridad del hombre sobre la mujer y que hace que las mujeres sean sometidas, oprimidas y subordinadas a esa superioridad.
- El #machismo se compone, además, de comportamientos y actitudes que perennizan a las violencias hacia las niñas y las mujeres, comportamientos y actitudes que por ser normalizadas son invisibilizadas y no son consideradas como violencias.
Desde estas premisas entonces, ¿Podemos inferir que las mujeres también son machistas?
La respuesta es clara, sí, las mujeres también son machistas y ejercemos aquellos comportamientos desde actitudes que hacen parte de la construcción de nuestras identidades como mujeres en una sociedad en la que nacemos, crecemos y vivimos y de la que hacemos parte que es: #patriarcal y #machista.
No podemos negar que el #Ecuador es aún una sociedad intrínsicamente patriarcal y machista en la que las mujeres y los hombres estamos llamadas y llamados a cumplir con nuestros roles asignados.
A las mujeres históricamente nos han asignado ese rol de cuidado de las familias y el desenvolvimiento en la vida privada al asignarnos como elemento de nuestras personalidades el ser emocional y pasional. Nos exigen además cumplir con estándares de belleza y de “buenos comportamientos”.
Lo mismo sucede con los hombres a los que se les exige ser varoniles, valientes, #machos y ser el proveedor (a toda costa) de un hogar. Y, obviamente, como sus vidas se desarrollan y se ejercen en lo público se les otorga el ser racional.
Es y ha sido a través de las luchas históricas de los movimientos de mujeres y #feministas que las mujeres hemos ido fracturando estos roles asignados y hemos empezado a estar presentes en todas las esferas públicas de la sociedad, incluida la política.
En el preciso momento en que las mujeres rompemos con los mandatos asignados por la sociedad y fracturamos esos roles de subordinación, causamos una desorganización social precedida por una reacción.
Que Luisa González haya disputado la presidencia del Ecuador en las pasadas elecciones, es una clara muestra de esa desorganización. Tener a personas culpabilizándonos únicamente a las mujeres de que Luisa como mujer candidata no haya llegado a ser presidenta, es una reacción.
Entre las reacciones además se demuestran como las personas muestran su desprecio y rechazo a las mujeres que de manera pública y permanente nos subordinamos a las estructuras impuestas por el patriarcado. Nuestras vidas incomodan y como respuesta recibimos comentarios, opiniones y comportamientos construidos desde el machismo como resultado de esa desesperada búsqueda por sostener el orden del sistema patriarcal, sistema que las feministas claramente luchamos por derribar.
Entonces: hombres y mujeres que nos culpan a las mujeres de los resultados de las elecciones están demostrando por esencia, sus comportamientos y actitudes netamente #machistas.
El tema no es tan complejo, pero sí hay mucha educación todavía por hacer. Espero al menos con mi contribución aquí, explicar en esta pequeña publicación de que efectivamente sí existen mujeres machistas porque el machismo existe en ellas como existe, construye y se mantiene en los hombres.
La opinión de Tamara Idrobo.