Por Karen Garzón-Sherdek
El 28 de noviembre se llevaron a cabo las Elecciones Generales para elegir los cargos a la presidencia, tres vicepresidencias, 298 alcaldías municipales, 128 diputadas/os para el Parlamento local y 20 al Centroamericano de Honduras.
Estos son los primeros comicios que se desarrollan luego de la crisis político-electoral de las Elecciones Generales de 2017, donde se registraron acusaciones de fraude durante el escrutinio que dio la victoria a Juan Orlando Hernández, permitiendo su reelección y provocando intensas protestas.
A pesar de que la Misión de Observación Electoral (MOE) de la Organización de Estados Americanos (OEA) recomendó repetir las elecciones por falta de garantías y transparencia, esto nunca ocurrió.
En relación al desarrollo de la jornada electoral se puede mencionar que, como ha sido característico en las elecciones desarrolladas durante este año en América Latina, hubo retrasos en la conformación de las mesas generando demoras en las votaciones.
Además, estos comicios, que contaron con un padrón electoral de más de cinco millones de personas, se desarrollaron con normalidad en el marco de diferentes dificultades con las medidas de bioseguridad por la pandemia de la Covid-19.
Con un alto porcentaje de los votos escrutados, Xiomara Castro del Partido Libertad y Refundación (izquierda) es la virtual presidenta electa. Castro propone -entre otros aspectos- dar un giro al país con la lucha contra el narcotráfico, reformar varias leyes y promover una Asamblea Constituyente.
Dado que Honduras se caracteriza por ser un país muy conservador, Castro buscará garantizar los derechos de las mujeres introduciendo el debate de causales para la despenalización del aborto. Asimismo, hay que tomar en cuenta que esta victoria marca la historia no solo por dar fin a doce años de un gobierno conservador, sino también por ser la primera mujer en ocupar la primera magistratura del país.