Por: Héctor Calderón
El caso Metástasis ha causado un remezón en todas las estructuras del Estado. Una vez más queda en evidencia la podredumbre de nuestras instituciones, así como la deshonestidad y mezquindad de la mayoría de los políticos y autoridades.
Todo lo revelado por la Fiscalía nos genera una profunda interrogante, y ahora, ¿A quién creemos? ¿En quién confiamos?
Esta investigación ha demostrado la vinculación de varias personas con el narcotráfico y el crimen organizado. La filtración de las bandas delictivas, al parecer, es a todo nivel y ha dejado perplejo a casi todo el Ecuador. Ningún sector ha quedado libre, quienes se erigían como los adalides de la honestidad y la lucha contra la corrupción también se han visto manchados en el caso Metástasis. Los asesinados Intriago y Villavicencio, según la investigación, habrían tenido contacto y negocios con Leandro Norero. El periodista Anderson Boscán, los abogados de Jorge Glas y más políticos, de lado y lado, son nombrados en los chats divulgados por la Fiscalía.
Finalmente, esta investigación ha desnudado un entramado de corrupción que para todos existía, pero con otros protagonistas. Quienes han defendido la transparencia de las investigaciones de Fernando Villavicencio hoy guardan silencio, quienes veían a Agustín Intriago como el líder de una nueva política, hoy guardan silencio, quienes veían a La Posta como ejemplo de valentía y periodismo investigativo, hoy guardan silencio, quienes hablaban de lawfare y persecución por el caso Jorge Glas, hoy guardan silencio.
Algunos niegan los chats, otros los reconocen. Algunos dicen que el chat donde los mencionan es falso, pero en el que mencionan al otro sí es verdadero. Algunos dicen que chatear con Norero era parte de la investigación, otros que no sabían del poder que tenía. Cada conversación encontrada en el celular del narcotraficante nos espeluzna, nos genera temor, nos regresa a la desesperanza, nos provoca una inmensa duda; ahora, ¿en quién creemos?
Exigimos a la Fiscalía y a los operadores de justicia que exista transparencia, celeridad y se sancione a quien se tenga que sancionar. Que no haya más contemplaciones, encubrimientos ni impunidad. El país requiere justicia, verdad y paz.
¿En quién confiamos? Queremos confiar en la justicia, el Ecuador necesita un baño de honestidad.
La opinión de Héctor Calderón