El estadounidense Robert Francis Prevost, de 69 años, se convirtió este jueves, 8 de mayo, en el sucesor del papa Francisco y en el primer pontífice norteamericano de la Historia con el nombre de León XIV, anunció el Vaticano.
El 267º pontífice de la Iglesia católica también tiene la nacionalidad de Perú, donde ejerció de misionero y de arzobispo emérito de Chiclayo.
Los 133 cardenales que participan en el cónclave encerrados en la Capilla Sixtina vaticana han elegido este jueves y lo han anunciado al mundo con la tradicional fumata blanca desde la chimenea.
El humo salió a las 18:07 hora local (16:07 GMT).
Dado que en el cónclave se vota cuatro veces al día, sumando la única que hubo ayer miércoles, la elección se ha producido presumiblemente en el cuarto escrutinio.
Ayer miércoles y en la mañana de este jueves las fumatas habían sido negras, indicando que aún no había acuerdo en las tres primeras votaciones.
Necesarios dos tercios de los votos
Según la normativa vaticana, para ser elegido papa son necesarios dos tercios de los votos.
En este caso los cardenales electores son 133 por lo que el elegido necesita, como mínimo, 89 votos.
El papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio) fue elegido en 2013 en la quinta votación, Benedicto XVI (Joseph Razinger) a la cuarta y Juan Pablo II (Karol Wojtyla) en 1978 a la octava.
En el último siglo, las elecciones más largas fueron las de Pío XI (Ambrogio Damiano Achille Ratti) en 1922, con catorce escrutinios, y la de Juan XXIII (Angelo Giuseppe Roncalli) en 1958 con once.
La noticia ha sido recibida por miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro del Vaticano, pero también transmitida por los medios de comunicación de todo el mundo, así como por los canales oficiales y multimedia de la Santa Sede.
¿Pero, qué ocurre antes de que el cardenal protodiácono francés Dominique Mamberti proclame el nombre del nuevo Papa desde la Logia de las Bendiciones?
El Rito de Aceptación
De acuerdo con las reglas establecidas en el Ordo Rituum Conclavis y la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, uno de los cardenales presentes en la Capilla Sixtina ha obtenido la mayoría requerida y la elección se ha llevado a cabo canónicamente.
El cardenal de mayor edad y orden (o, si es el elegido, el siguiente en la sucesión) solicita, en latín y en nombre de todo el Colegio de Electores, el consentimiento del cardenal elegido con las palabras: «¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?». Tras recibir el consentimiento, pregunta: «¿Con qué nombre deseas ser llamado?».
El Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, actuando como notario y con dos oficiales de ceremonia como testigos, redacta un documento que confirma la aceptación del Papa electo y el nombre elegido.
Conclusión del Cónclave
La Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis establece que el cónclave finaliza una vez que el nuevo Papa acepta su elección, «salvo decisión contraria».
En ese momento, el Sustituto de la Secretaría de Estado, el secretario para las Relaciones con los Estados y quienes necesiten tratar asuntos urgentes con el nuevo Papa podrán acceder a la Capilla Sixtina.
La fumata blanca y la “Sala de las Lágrimas”
Tras el rito de aceptación, se queman todas las papeletas y demás documentos electorales, y la fumata blanca resultante anuncia al mundo la elección de un nuevo Papa.
Mientras los fieles en la Plaza de San Pedro aplauden y el mundo espera el nombre del nuevo Papa, el Pontífice recién elegido sale de la Capilla Sixtina y entra en la “Sala de las Lágrimas”.
Allí, con la ayuda del Maestro de Celebraciones Litúrgicas, le quita la vestimenta cardenalicia, se pone una de las tres vestimentas papales preparadas y dedica unos minutos a la oración.
Primera ceremonia: Saludo y “Te Deum”
Al regresar a la Capilla Sixtina, el recién elegido Papa toma asiento en la silla y comienza una breve ceremonia, iniciada con un saludo del cardenal de mayor antigüedad de la Orden de los Obispos.
El cardenal sacerdote de mayor antigüedad lee entonces un pasaje del Evangelio: “Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia” o “Apacienta mis ovejas”. El protodiácono ofrece entonces una oración por el recién elegido Sucesor de Pedro.
Posteriormente, todos los cardenales electores, por orden de precedencia, se acercan para saludar al nuevo Papa y jurarle obediencia. La ceremonia concluye con el canto del Te Deum, dirigido por el recién elegido Papa.
Oración del nuevo Papa en la Capilla Paulina
El Cardenal Protodiácono Mamberti se dirige entonces a la Logia de las Bendiciones para anunciar la elección y el nombre del nuevo Papa con la fórmula tradicional: «Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam!» («Les anuncio una gran alegría: ¡Tenemos un Papa!»).
Mientras tanto, el nuevo Papa, antes de dirigirse a la Logia, se detiene en la Capilla Paulina para orar en silencio ante el Santísimo Sacramento.
Tras este momento de oración, sale a la Logia, donde saluda e imparte su primera bendición apostólica, Urbi et Orbi, a la ciudad y al mundo.