Por: María Eugenia Molina. Doctora Ph.D. en Comunicación. Consultora, académica
En un país en el que las condiciones laborales se vuelven cada día más difíciles, en el que las tasas de desempleo, subempleo, empleo inadecuado son desalentadoras y en el que millones de personas no tienen un trabajo fijo, donde muchos trabajamos sin relación de dependencia, por ende sin vacaciones pagadas, sin seguridad social, y donde otros muchos, a pesar de laborar muchas más horas al día de las 8 reglamentarias, no logran obtener el sustento para llevar a sus hogares lo elemental para el día a día de sus familias, resulta por decir lo menos, indignante escuchar que el Primer Mandatario del país los invite a trabajar duro, como lo hacen los integrantes del Ejecutivo para poder servirse una comida con entrada, plato, fuerte y postre.
Estas desafortunadas expresiones las dijo el Presidente de la República, Daniel Noboa en el marco de una entrevista exclusiva que le concedió a una periodista de un canal de televisión nacional donde trató el tema del aumento del IVA para cubrir las necesidades fiscales en medio de la crisis de violencia que azota al Ecuador; en ese marco, Daniel Noboa buscó hacer énfasis en que los productos de primera necesidad no subirán, a pesar de la elevación del impuesto; pero, en medio del diálogo utilizó esta frase que, al venir de un mandatario guarda implicaciones que no son congruentes con las difíciles condiciones que vive la gran mayoría de ecuatorianos a los que, a pesar, de trabajar los 7 días de la semana, el plato de comida, muchas veces les es esquivo.
El intento de matizar la inminente subida de los precios que provocará un aumento de tres puntos en el Impuesto al Valor Agregado, diciendo que nos invita a trabajar duro y la misma cantidad de horas es desconocer cuánto se esfuerza la ecuatoriana, el ecuatoriano promedio y aún más aquellos que menos tienen, para poder vivir y mantenerse, pero, principalmente, fue un desacierto del presidente, tanto desde lo político, lo comunicacional y lo humano, pues muestra desconocimiento de la realidad del país, de su gente, de cómo viven y sobreviven muchos, a quienes el sustento les llega a cuenta gotas en un país en donde las inequidades y la falta de oportunidades son la constante.
Poner como ejemplo las horas de trabajo del Ejecutivo, es no comprender que hay ecuatorianos que trabajan 7 días, sin las mínimas condiciones; ello, de suyo siendo grave, se maximiza viniendo del representante del Ejecutivo, quien está llamado precisamente a ello, a trabajar a todas horas, todo el tiempo para el que fue elegido por la mayoría de los ecuatorianos; entonces, ese llamado a trabajar más horas para comer varios platos fue una desafortunada expresión que no debió ser.
En política Todo Comunica y el primer mandatario, al igual que su equipo deben mantener la empatía cuando le hablan al país, las palabras y expresiones no verbales no fueron, ni de lejos, las que debieron utilizarse para justificar un tema que, aún siendo necesario, hará mucho más dura la ya difícil situación de la gran mayoría de ecuatorianos, máxime de quienes comen una sola vez al día, aunque trabajen duro, sometidos a peligros, en medio de la informalidad.
Conectarse con la realidad es una de las principales tareas del mandatario y su equipo, gobernar de frente a las necesidades del país y captarlas en su real sentido, siempre será una buena manera de cercanía con sus mandantes, sobre todo con los que no tienen las oportunidades y los privilegios que no se consiguen aunque se trabaje duro.
La opinión de María Eugenia Molina.