Por: Nahuel Mendoza Kleener, analista político
Nada está dicho. En estos últimos días, hemos visto como un juego de números al respecto de los votos en la Asamblea Nacional podrían existir.
Hemos visto cómo algunos asambleístas del Partido Social Cristiano se han separado con la finalidad de justificar sus votos en contra del Juicio Político. También hemos escuchado las declaraciones ambiguas de ciertos legisladores de Pachakutik y de la Izquierda Democrática, que han dejado a la imaginación de cada uno de nosotros, sobre la decisión final en lo concerniente a los votos.
Existen bancadas que, a pesar de la salida de uno que otro asambleísta, se mantienen firmes como son UNES y PSC.
Con todo esto, le susurran al oído al Presidente Lasso que no existen los votos suficientes para su destitución y que esté tranquilo. Ahora, ¿Guillermo Lasso le creerá al ministro ex social cristiano, Henry Cucalón?
Pues bueno, una fracción al interior de Carondelet, le habla al otro oído al Presidente Lasso, le dicen que no le crea y que decrete la Muerte Cruzada porque no confían en la palabra de Cucalón. Esta disyuntiva que tiene Lasso, deberá tener una respuesta muy pronta, en función de que el reloj sigue su marcha, y el punto final llega.
El Ecuador está destruido por la incapacidad política del presidente Lasso, por la falta de políticas públicas en términos de trabajo, seguridad, inversiones, salud y tantos otros ejes que han permitido la debacle de nuestro país.
Cualquiera sea el desenlace de los próximos días en el juicio político, abonará para el hundimiento de este barco llamado Ecuador, que tendrá como resultado mayor inseguridad, menos trabajo, salida inminente de la inversión extranjera y el cierre de puertas a nivel internacional.
El reloj no para y las horas para el Presidente Lasso podrían estar contadas. Si en el Pleno de la Asamblea se logran los votos para continuar con el juicio político, el número de voluntades expresada en esa votación resultará determinante para saber si frente a su debacle, antes el Primer Mandatario en su infinito orgullo decreta la muerte cruzada.
Son horas determinantes para la Patria.
La opinión de Nahuel Mendoza Kleener.