El joven Jimmy Ocles, oriundo de Quinindé, provincia de Esmeraldas, cobró fama en Ecuador hace poco más de cuatro semanas y no por su ascendente carrera de modelo que inició por casualidad, pese a estudiar en la Universidad. Este martes estuvo en el programa Zoom Al Día, por segunda ocasión, donde fue entrevistado por Fabricio Vela y José Antonio Sánchez.
El ataque en su contra por dos personas que dijeron ser policías aunque andaban vestidos de civil y que al parecer resultaron ser policías, se viralizó en redes. Posteriormente él denunció ante la Fiscalía el hecho, porque no quiere que quede en la impunidad y sentar un precedente, porque asegura que «Lo que me pasó a mí, le pasa todos los días a los negros, a los indígenas, a mucha gente».
Ahora espera una disculpa pública de la Policía Nacional, pero esta parece que está demorando.
Con su abogada esperan también que los culpables del maltrato en su contra puedan ser sancionados. Según su abogada, habría aquí un delito de odio, y una detención y agresión física no justificadas.
Por eso, los oficiales podrían ser expulsados del cuerpo policial e incluso hasta cumplir cárcel.
Todo ocurrió cuando él acudió a un cajero automático a retirar dinero y cuando se marchaba dos hombres se le acercaron y lo neutralizaron. Posteriormente le informaron que más temprano hubo un intento de robo, y él habría sido identificado como un sospechoso. Lo peor ocurrió cuando hubo transeúntes que lo confundieron con un ciudadano extranjero y le gritaban. «lárgate de mi país», «por eso mi país está así, por tu culpa», pero Jimmy Ocles es nada menos que esmeraldeño.
Quizás por ello se vio motivado a escoger una abogada también afroecuatoriana. «Creo que quien lleve el caso este tiene que sentirse identificado conmigo», aseguró.
Le asombra que fue solicitado como modelo, donde valoran su físico y ha podido tener un ingreso por esa vía ( sueña con ser Ingeniero Forestal, carrera que está estudiando) y que, por otro lado, lo estigmaticen por su color de piel.
«Lo que me hicieron a mí sí fue fuerte», dice, y asegura: «Yo hasta ahora no puedo salir solo aquí en Quito, paso en Quito, entonces mis amigos alimentan mi miedo. Me dicen: no andes solo por Quito porque puede pasarte algo; recuerda que te estás metiendo con la Policía». «Entonces sí me genera un poco de miedo», añade.
Prefiere estar en casa bajo resguardo y los fines de semana va a donde su familia en Quinindé, mientras espera que avance el proceso que ha iniciado.
«La idea de esto es que se pueda generar un tipo de precedente generar algunas disculpas públicas, porque eso es lo yo deseo. Mi deseo más grande son unas disculpas públicas y para que a más personas que le está pasando esto todos los días tengan la valentía de denunciar», anotó.
Precisó que absolutamente nadie lo ha llamado para pedirle disculpas, pero él también tiene miedo de contestar a números desconocidos.