Por: Nahuel Mendoza, analista político
Después de los resultados de este 15 de octubre se ha evidenciado que los clivajes sobre el correísmo y anti-correismo, la Sierra y la Costa, están más presentes que nunca. Cuando analizamos que, de las 24 provincias, 7 pertenecientes a la Costa como son Esmeraldas, Guayas, Los Ríos, Manabí, Santa Elena, Santo Domingo de los Tsáchilas; así como 2 de las Amazonía, Sucumbíos y Orellana, la Revolución Ciudadana tuvo la mayor cantidad de votos, a diferencia de las otras, pertenecientes en su totalidad a la Sierra y 4 pertenecientes a la Amazonía como son Morona Santiago, Napo, Pastaza y Zamora Chinchipe, predominó el voto a Daniel Noboa; vemos que estos clivajes no se superaron y los dejaron aún lado, sin atacarlos de mejor manera.
El marketing político representado por muñecos de cartón o muñecos Ken, que se evidenciaron la última semana, fueron claves para atacar en ese último tramo, los mismos que fueron dirigidos a ese voto indeciso movido por lo emocional, que lo llamo voto golondrina.
Ahora, un dato no menor, la Revolución Ciudadana tuvo 500.000 votos más que en el 2021, lo cual tiene una lectura positiva, pero que aún no le alcanza para llegar a la Presidencia, pero que definitivamente rompió su techo.
Vivimos en una sociedad polarizada, que vive la agresividad cotidiana día a día, llevado por el miedo a salir a la calle o iniciar un emprendimiento, el mismo que fue opacada por una campaña donde te llevaban a volar en un mundo color de rosa, donde te hicieron creer que escuchar música en la playa mientras en las calles nos matan, o hacer fila para retirar un muñeco de cartón que te hacen ser parte de un trending, te sacan de la problemática del diario vivir.
Vivimos en una sociedad llevada por el odio, de parte de parte, donde te catalogan por tu manera de pensar, por tu voto, por donde vives, por tu color de piel, por tu manera de amar. Todo lo que sea diferente a lo que piensan los otros, es malo, es abucheado, es estigmatizado.
¿Qué nos toca? Pues seguir adelante, seguir con nuestra manera de pensar, seguir alzando desde nuestros nichos con la finalidad de ser visibles y que las políticas públicas de los gobernantes de turnos, sean enfocadas hacia todos.
No podemos dejar que el Estado sea visto como una publicación en redes sociales, buscando la mayor cantidad de likes, con la finalidad de poner bajo la alfombra los problemas del país y seguir como si nada. Queriendo aparentar un país de ensueños cuando la realidad es la cantidad de asesinados, de personas que migran, de los que se quedan sin trabajo, de los que viven con miedo, debemos obligar que las soluciones sean de fondo y en beneficio a todos los ecuatorianos, es decir un gobierno humano, solidario y equitativo.
Veamos.
La opinión de Nahuel Mendoza Kleener