Por: Wilson Benavides Vásquez, analista político
El inédito escenario que vive el país luego de la disolución de la Asamblea Nacional por grave crisis política y conmoción interna, revela el absoluto apego que los ecuatorianos tenemos por los outsiders, figuras provenientes de fuera del sistema de partidos, sin filiación ideológica definida, y que en coyunturas específicas, están dispuestas -como un gesto de altruismo sin precedentes- a inmolarse para sacar al país de la postración y la crisis.
Esa decisión ha puesto a correr a las organizaciones políticas que ahora están en una frenética búsqueda de candidatos, muchos de ellos también out siders como el empresario de temas de seguridad y presunto mercenario, Jan Topic, que tiene el auspicio del PSC y del ex candidato presidencial en 2021 y ex candidato a alcalde de Quito en 2023, Pedro José Freile, otro out sider.
A la postulación de Topic, que causó revuelo en las redes sociales, se suman la de Daniel Noboa Azín (hijo de Álvaro Noboa), quien llegó a la cesada Asamblea en 2021 por el partido Ecuatoriano Unido (de uno de los hermanos de Lenin Moreno), la del hoy ex legislador, Fernando Villavicencio, quien llegó al Parlamento por el extinto movimiento Concertación, de César Montúfar; y hoy correrá por el movimiento Construye (de María Paula Romo, ex ministra de gobierno de Moreno).
A Topic, Noboa y Villavicencio se sumó -en las últimas horas- la candidatura de Yaku Pérez, quien postulará por una alianza entre la Unidad Popular (ex MPD), Democracia Si (de Gustavo Larrea, buen amigo de Moreno) y su propia organización “Somos Agua”, teniendo como posible binomio a la parlamentaria andina (ex PSC), Cristina Reyes.
Otra carta que (re) aparece en escena es la de Otto Sonnenholzner (ex vicepresidente de Moreno), quien renunció a su cargo durante la pandemia y hoy postularía con el auspicio de Avanza (que promovió el “sí” en la consulta de Lasso del pasado 5 de febrero) y de Suma, del ex alcalde de Quito, Mauricio Rodas, actualmente dirigida por el ex legislador, Guillermo Celi.
Esos 5 nombres están a la espera de la decisión que tome el presidente de la CONAIE, Leonidas Iza, quien ha sido postulado por la coordinación de Pachakutik, al igual que el ex legislador Salvador Quishpe, propuesto por las bases de esa organización en Zamora Chinchipe, mientras Elsa Guerra (ex candidata a Prefecta por el Partido Socialista) anunció también su postulación a la Presidencia.
Del lado del oficialismo, esperan el pronunciamiento del presidente Lasso, sobre su posible candidatura o de algún otro militante de CREO, organización política que desde su llegada al poder ha sufrido importantes disidencias como las de Mae Montaño (ex ministra de Inclusión Social) y la de Francisco Jiménez (ex asambleísta y ex ministro de gobierno).
El correísmo, por su parte, baraja opciones que incluyen al binomio presidencial que presentó en 2021 y fue derrotado por Lasso, en segunda vuelta. Andrés Arauz y Carlos Rabascall han anunciado públicamente su intención de candidatizarse, al igual que la ex legisladora manabita, Luisa González. Sin embargo, entre las distintas facciones de la Revolución Ciudadana están tomando fuerza también otros nombres como los de la ex asambleísta, Marcela Holguín, y del ex canciller, Guillaume Long, entre otros.
Es clara la cercanía de al menos tres o cuatro posibles candidatos con el círculo íntimo del ex presidente Moreno, lo que haría suponer que estos promoverán la misma estrategia de 2021 y que se resume en la frase cliché: “Todos contra Correa”.
Los resultados de esos comicios y de las elecciones locales de febrero, sin embargo, muestran que esa fórmula no funciona a los ojos de los electorados, sino que se diluye en el espejismo de las redes sociales y en la militancia de un importante sector de la opinión pública. En 2021, la Revolución Ciudadana, obtuvo 49 de 137 legisladores y, en los últimos comicios locales, se adjudicó importantes victorias en las Prefecturas de Pichincha, Manabí, Azuay y Guayas, así como en las Alcaldías de Quito y Guayaquil.
De acuerdo con la última encuesta de Click Report, el candidato de Correa tendría un 32,23% de aceptación, mientras que la postulación de Leonidas Iza alcanzaría un 15,14%. Aunque la explicación en política es más compleja, de concretarse una alianza entre ambos, fácilmente alcanzarían el 47,37%, permitiéndoles un holgado triunfo en primera vuelta.
Hay que recordar que con el “inri” de outsider llegaron al poder Lucio Gutiérrez en 2002 y Rafael Correa, en 2006. El primero, como el principal protagonista de la asonada militar que se sumó a la CONAIE para derrocar a Jamil Mahuad, mientras que Correa, en cambio, saltó a la luz como ministro de Finanzas de Alfredo Palacio, quien asumió el cargo tras el derrocamiento del propio Gutiérrez, en abril de 2005, bajo la consigna ciudadana: “que se vayan todos”.
Tanto Gutiérrez como Correa ganaron las elecciones en su primera participación electoral, venciendo al mismo contendiente: el empresario bananero, Álvaro Noboa Pontón. Mientras el coronel fundó un partido y presentó candidatos al Congreso, Correa creó un movimiento político, descartó presentar postulaciones al Legislativo y promovió una consulta popular para instalar una Constituyente, que redactó la actual Constitución. El primero, duró tres años en el poder (2003-2005); mientras que el segundo, permaneció una década (2007-2017), ganando sucesivamente las elecciones generales de 2009 y 2013, ambas en primera vuelta, y en esta última, imponiéndose al actual presidente, Guillermo Lasso.
El pasado 17 de mayo y -luego de dos intentos de censura y destitución en su contra por parte de la Asamblea Nacional (2022 y 2023)- el jefe de Estado disolvió el Parlamento amparado en el artículo 148 de la Constitución, abriendo con ello, una ventana de oportunidad política para el surgimiento de nuevos outsiders, con renovadas promesas y nuevos discursos antagónicos que polarizarán las elecciones, previstas para el próximo 20 de agosto.
En este escenario, el país asiste a un nuevo capítulo de incertidumbre institucional, donde los partidos están a la caza de los candidatos, de outsiders que garanticen cierto margen de votación, que les permita a los primeros sobrevivir en el Registro Electoral, porque nuevas elecciones están “a la vuelta de la esquina” y la “democracia los necesita”.
La opinión de Wilson Benavides.