La ministra de Trabajo de Ecuador, Ivonne Núñez, aseguró este viernes, 18 de octubre, que la crisis energética y los apagones de hasta 10 horas, no han impactado de forma brutal el empleo en el país andino.
“No existe un impacto brutal en el empleo, tal como se ha venido señalando en las redes sociales”, aseguró Núñez en declaraciones al canal Teleamazonas.
La ministra insistió en que es falso que grandes empresas en la ciudad de Cuenca, en el sur del país, hayan tenido que cerrar y despedir a miles de trabajadores, aclaró.
De acuerdo con Núñez, el pasado mes de septiembre se registraron mil 656 actas de finiquito por despidos intempestivos, de un total de tres mil 647.
No obstante, la funcionaria recalcó que ninguna de esas actas corresponden a la crisis energética.
“Las mil 656 actas de finiquito corresponden a meses e incluso años anteriores. No encontramos hasta este momento actas de despido intempestivo a raíz de la crisis energética, durante septiembre”, manifestó.
Por su parte, el presidente de la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha, Francisco Vergara, también alegó que no se han suprimido puestos de trabajo “porque se ha enviado a los trabajadores de vacaciones”.
Sin embargo, Vergara resaltó que el 50 por ciento de la producción se ha reducido, generando pérdidas hasta este mes de octubre valoradas por alrededor de 500 millones de dólares a nivel nacional, señaló.
Según un reporte del canal Ecuavisa, del pasado 15 de octubre, el efecto principal de la crisis energética se ve en el empleo, pues unas tres mil 647 personas perdieron su trabajo por despido intempestivo.
El informe periodístico reveló que, “datos recabados dan cuenta de que es la industria manufacturera textil la más afectada hasta el momento, donde unos 719 puestos de empleo se perdieron por la falta de luz. Asimismo, Ecuavisa mencionó que otros 663 puestos de trabajo los perdió el comercio por mayor y menor imposibilidad de cumplir las metas de venta y recuperar las inversiones.
A propósito, varios expertos han advertido que la falta de fluido eléctrico complica las actividades cotidianas, laborales y productivas en el país, cuyo sector empresarial estima la pérdida de 12 millones de dólares por cada hora de desconexión.
El Ejecutivo ecuatoriano aseguró recientemente que el país enfrenta la sequía más severa de las últimas seis décadas, lo que ha provocado que desde el pasado 23 de septiembre los cortes de luz fueran más prolongados.