En una reunión liderada por el alcalde Pabel Muñoz, se revisó la propuesta de intervención urbana correspondiente a la fase 2 del proyecto de Recuperación del Centro Histórico, una iniciativa que busca revitalizar uno de los espacios patrimoniales más emblemáticos de la capital.
Esta nueva etapa contempla intervenciones estratégicas en calles como Rocafuerte, Ambato, Borrero y Loja, además de sectores significativos como Loma Grande, la Plaza 24 de Mayo y el entorno del Hospital San Lázaro. Las obras proyectadas tienen como objetivo revalorizar el Centro Histórico, fortaleciendo su identidad patrimonial y promoviendo el uso activo y seguro del espacio público.
Entre las acciones previstas se destacan la ampliación de aceras, la mejora de la iluminación peatonal y vehicular, y la implementación de estrategias de calmado de tráfico, tales como plataformas a nivel y ensanchamiento de esquinas. Estas medidas responden al desgaste acumulado de la zona y buscan devolver al peatón su lugar central, convirtiendo al Centro en un espacio más accesible, seguro y atractivo para residentes, visitantes y comerciantes.
El proyecto es ejecutado por el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) y cuenta con el respaldo técnico de la Secretaría de Hábitat y Ordenamiento Territorial (SHOT).
Más allá de las mejoras físicas, esta intervención representa una apuesta por recuperar la vitalidad urbana de un sector donde conviven la historia, la cultura y la vida cotidiana. Con esta transformación, el Municipio de Quito busca proyectar al Centro Histórico como un espacio vivo, dinámico y funcional, en el que la memoria urbana se entrelaza con las necesidades actuales de movilidad, seguridad y calidad de vida.