Por: Héctor Calderón
Nuestra sociedad no puede permitir que la violencia, el odio, la intolerancia nos ganen la partida. Y no se trata solo de luchar contra el crimen organizado y la delincuencia común; lastimosamente la violencia está presente en muchos espacios y eso provoca que el tejido social esté resquebrajado.
Las redes sociales se han convertido en el nicho perfecto para que, desde el anonimato, se insulte, se calumnie, se amenace. En días pasados, dos jóvenes políticos recibieron sendos ataques es “X”, en los que se utilizó la muerte de sus padres para increparlos y difamarlos.
Mauro Andino, candidato a Asambleísta, y Wilson Merino, concejal de Quito, fueron amenazados de muerte por desadaptados digitales, que se esconden detrás de un teclado para tratar de silenciar a rivales políticos o personas en general que piensan diferente. En un país tan violento como el Ecuador, amenaza de esta naturaleza no pueden pasar desapercibidas y, por el contrario, merecen toda la atención de la Policía y las autoridades.
¿Qué estamos haciendo por cambiar esto? Nada. Los niveles de intolerancia y polarización van en aumento. Desde el presidente Noboa, pasando por sus adversarios políticos y los opinólogos de medios de comunicación y redes sociales; no hacen más que acrecentar la violencia y provocar la división.
No debemos permitir la deshumanización de nuestra sociedad. En una democracia sana, pensar distinto, disentir ayuda a crecer, a fortalecer objetivos comunes; aquí, en el Ecuador, pensar distinto es justificación para insultarte, llamarte traidor y hasta amenazarte de muerte.
Solidaridad con Mauro y Wilson, solidaridad con todas las personas que a diario reciben ataques y discriminación por pensar diferente. Hagamos nuestra parte y erradiquemos la violencia desde nuestros espacios.
#NoMásViolencia
La opinión de Héctor Calderón