Por: Nahuel Mendoza, analista político
En mi último artículo escribí sobre dos cosas que pasaron: la primera, es la hegemonía de dos fuerzas; por un lado el candidato – presidente, que era obvio que iba a utilizar todo el aparataje del Estado para poder acumular una votación – que de paso es necesario recalcar que no es Noboista, o quizás un pequeño porcentaje -; y, por otra parte, el único partido político que durante los últimos años ha venido presentándose como una opción a considerar, a raíz de los 10 años que ha gobernado el ex Presidente Rafael Correa (2007 – 2017).
La segunda, es el vergonzoso papel que han jugado ciertas encuestadoras, tomando partido por el candidato presidente, con la finalidad de crear una narrativa de supuesto liderazgo en las encuestas, para que el elector indeciso siempre apunte “al ganador”. No solo eso, después del vergonzoso actuar de la encuestadora Comunicaliza, vino un consultor, aprobado por el Consejo Nacional Electoral, Diego Tello, quien dio como ganador en su exit poll, al candidato presidente, con más del 50%, lo que conlleva a darlo ganador en una sola vuelta.
Justificaciones hay muchas, pero la mala intención de ciertos personajes, que vestidos de ecuánimes, pero que realmente promueven un candidato, es algo deplorable. Pero bueno, ya están identificados.
¿Que se viene?
Alianzas, estrategias de campaña, campañas sucias, etc., pero en el medio, una población que vive en zozobra, con miedo, sin empleo y todo eso que hemos venido diciendo y padeciendo.
La candidata Luisa González tiene una oportunidad de oro, ampliando la cancha, abriendo el juego hacia las bandas (analogías del fútbol), capitaneando de manera adecuado llevando a todo el equipo hacia la victoria, una victoria que buscar ganar el campeonato, una victoria que de tranquilidad a un país que ha venido de tumbo en tumbo con gobiernos con agendas propias, que ha puesto sus intereses por sobre encima del pueblo ecuatoriano.
Los datos están ahí, tenemos un gobierno actual con un presidente indolente, que es selectivo con sus condolencias, que es selectivo con sus apoyos. Que aplaude cualquier evento de otro país, pero no es empático ante lo que ocurre en el país.
El debate será el lugar ideal para poder convencer a ese pequeño porcentaje de indecisos, a ese grupo que escogió una opción diferente pero que no alcanzaron a llegar a una segunda vuelta (Pachakutik), e inclusive a ese voto blando de su contendiente.
Pero no hablo de debate como tal, sino de su post debate, ese que logrará llegar a los votantes mediante pastillas en redes sociales, mediante memes y frases viralizadas.
Todo está a la vuelta de la esquina, los tiempos son cortos, el tiempo apremia y el pueblo sigue agonizando.
La opinión de Nahuel Mendoza