Por: Héctor Calderón
Terminamos esta semana con la aprobación de una nueva ley que busca combatir el crimen organizado en Ecuador y terminar con la crisis de inseguridad que vive el país. La Asamblea Nacional, con mayoría oficialista, aprobó la ley de solidaridad nacional, enviada con carácter de urgente por el gobierno de Daniel Noboa.
La ley ha sido analizada por varios expertos. Unos destacan sus beneficios, otros resaltan sus inconsistencias; al final esta normativa se aprobó y por el bien del Ecuador esperamos que cumpla su objetivo.
Para quienes critican la Ley de solidaridad, este cuerpo legal, entre otras cosas, busca justificar los estados de excepción que ya han sido calificados como inconstitucionales por la Corte Constitucional, y busca proteger a policías y militares de los abusos que se puedan cometer, como lo ocurrido con los 4 niños de Guayaquil y todas las desapariciones denunciadas. Además, y a pesar que el mismo presidente hizo el show al eliminar la tabla de drogas, esta ley la revive. El Ecuador tendrá una tabla que permita diferenciar el consumo de la venta, tal como había antes e igual a la que criticaron y satanizaron tanto durante la campaña. Por el otro lado, quienes están de acuerdo con la ley, destacan el combate a la economía criminal, el apoyo a las fuerzas del orden y el endurecimiento de penas.
Al final, sea lo que digan unos u otros, la verdad estará en manos de Daniel Noboa y su gobierno. Ya no hay pretextos, es hora de presentar resultados. Las cifras de asesinatos, secuestros y robos van en aumento; ya no solo en territorios tomados por el crimen organizado; pero en ciudades como Quito, y en barrios, donde se vivía una aparente tranquilidad.
El país ya no soporta más, no soporta más sangre, más extorsión, más irresponsabilidad, más enfrentamientos entre las autoridades y políticos. Es hora de alcanzar la paz, es hora de que podamos vivir tranquilos.
¡Está en sus manos presidente! A cumplir la palabra.
La opinión de Héctor Calderón