Para Antonio Ricaurte, exvicealcalde de Quito, la movilización indígena de junio de 2022 inició como convocatoria más, un discurso político más que se convertía en “aburrido, recurrente, cansón y que no levantaba nada”. Así, dijo que parecía que se iba a convertir en una movilización que acabaría en el corto tiempo si el Gobierno Nacional respondía con estrategia. Pero, las respuestas que asumieron trajeron errores.
Ricaurte mencionó que el primer error que comete el Gobierno fue la aprehensión de Leonidas Iza, presidente de la Confederación Nacional de Indígenas del Ecuador (Conaie). Eso hizo que una movilización que no tenía futuro, se convierta en una movilización potente.
A decir del exvicealcalde, esa detención producto un hecho mediático que posicionó a Iza como un líder fuerte, nacional y el contradictor natural del Gobierno. Así, Ricaurte mencionó que el movimiento indígena, que se encontraba fragmentado, se une tras la aprehensión y a Iza el mismo Gobierno lo convierte en víctima y un líder potente.
Para Ricaurte, otro de los errores gubernamentales fue el decreto ejecutivo que declaraba el estado de excepción. En él, el Gobierno coartaba el derecho a la comunicación y a las redes sociales.
Los resultados de la movilización
“Hay que reconocer el gran esfuerzo y dedicación para poder pacificar el país”, dijo Ricaurte. Así, destacó la labor de los ministros de Relaciones Exteriores, Juan Carlos Holguín, y de Gobierno, Francisco Jiménez. “Ahí hay capacidad, hubo decisión y preocupación para solucionar temas complicados”, resaltó.
En ese sentido, dijo que desde la organización indígena existió un liderazgo por parte de Iza que representa a una organización fuerte y potente y las decisiones que toma no son de índole personal sino organizativo. “Cuando hay una explosión social, cualquier otro elemento puede juntarse y aprovecharse de eso. Por eso vimos violencia”, lamentó el exvicealcalde.