Más de 20 millones de personas a escala mundial sufre de insuficiencia cardíaca (IC). Solo en Ecuador, se estima que alrededor del 14% de la población ecuatoriana viven con alguna enfermedad cardíaca; es decir, 1,4 millones de personas tiene hipertensión, infarto al miocardio, fibrilación auricular o insuficiencia cardiaca. De esa cifra, más de 199.000 tienen insuficiencia cardíaca, sin el acompañamiento médico o tratamiento adecuado.
Estudios realizados en distintas casas de salud de Quito demostraron que el 6,1% de pacientes hospitalizados en servicios clínicos y quirúrgicos tienen un cuadro de insuficiencia cardíaca. Además, el 12,6% de los pacientes ingresados con un primer infarto agudo de miocardio sufren de insuficiencia cardíaca.
Opciones ante la enfermedad cardiaca
“A pesar de las opciones de tratamiento disponibles, los pacientes con insuficiencia cardiaca, que empeoran en su estado de salud, siguen presentando un riesgo elevado de morbilidad y mortalidad, que resultan en mayores costos para el sistema de salud. Sin importar los avances médicos en el tratamiento de la insuficiencia cardiaca crónica en personas con bombeo reducido durante las últimas dos décadas, los pacientes continúan presentando eventos de empeoramiento”, explica el doctor Mauricio Chávez ,Medical Advisor Cardiorrenal de Bayer.
El tratamiento temprano de la falla cardiaca evitaría que se suma una carga económica y social importante para los sistemas de salud mundial. Ello, debido a la morbilidad y baja supervivencia que presentan los pacientes con esta condición patológica.
Ante esto, existe un nuevo enfoque de tratamiento para pacientes con bombeo de sangre reducido que experimentan un empeoramiento de la insuficiencia cardiaca. Es decir, a pesar de estar con el tratamiento médico estándar recomendado por las guías para esta enfermedad.
La administración controlada reduce el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares y la hospitalización por insuficiencia cardiaca que es frecuente cuando la enfermedad empeora; es decir, cuando, aunque tengan tratamiento, los síntomas y signos se intensifican.