Por: Tatiana Sonnenholzner, especialista en comunicación digital
2024 se va y a diferencia de lo que algunos creen, este muerto sí fue malo,
Se fue como viejo prematuro o como joven geriátrico, sus dualidades hasta el día de su partida generan confusión,
Por ejemplo varios estados de excepción por conmoción,
Sin embargo, desde enero hasta diciembre solo hubo desaparición. Forzosa, dicen que mafiosa,
Aunque de difícil distinción, se pelean de quien fue la ejecución, si fueron lo de Institución o de los que están en prisión,
Todavía no se sabe la diferenciación, aunque por su actuación parece que pertenecen a la misma organización.
Su partida dejó un alto índice de migración, se fueron hasta los que no quisieron porque no encontraron otra opción,
También olvidó sus funciones por estar ocupado en personales misiones,
No hubo control y llegaron los apagones, se fue la luz en las casas y también se apagaron las ilusiones.
De los que creen en su país aunque siempre existan decepciones,
El desempleo no paró, más bien se incrementó, 0.5 puntos porcentuales por encima del año anterior,
La salud no llegó hasta el final del año que se pagó, me hace sospechar cuando hay una campaña que va a empezar,
Pero esto no es de suspicacias, este viejo fue de frente con las falacias,
Ofreció un plan fénix, con varias metas,
Policía equipada con tecnología de punta, pistolas de precisión, rifles de última generación,
Sin embargo el plan se quedó en la idealización y el fénix tatuado en su brazo acorde a su última publicación,
No más impuestos dijo en su posesión, aunque en abril el 15% llegó de subidón,
Este viejo se despide, gracias a Dios, aunque no descarta la resurrección,
Pese a que eso signifique sobrepasar a la Constitución,
Cree que necesita un tiempo más para profesionalizar el arte de criticar las arbitrariedades anteriores, aunque irónicamente personificando exactamente las mismas actuaciones,
Adiós, por ahora viejito, espero que en 2025 los ciudadanos tomen el control y elijan a quienes, mínimamente, respeten a la Constitución.
La opinión de Tatiana Sonnenholzner.