Tras la guerra de aranceles “recíprocos” iniciada por el mandatario estadounidense Donald Trump, el pasado 2 de abril, las posturas de representantes del sector de la industria ecuatoriana han hecho eco en los últimos días.
Trump impuso aranceles del 10 % para las importaciones de Ecuador, Argentina, Brasil, Colombia y Chile, entre otros países latinoamericanos.
Para Francisco Vergara, presidente de la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha (CAPEIPI), esta medida es una “oportunidad”.
“Realmente lo vemos con optimismo porque lo que se ha logrado es que estemos en la base del 10% de los aranceles con Estados Unidos, es una regla igual a todos los otros países”, señaló Vergara, este 10 de abril, en una entrevista en el noticiero ‘A Primera Hora’.
Añadió: “Si sabemos unirnos, asociarnos y enviar nuestros productos, lo vemos como una oportunidad”.
Además, en el marco de las elecciones, aseguró que luego de reuniones con la candidata a la vicepresidencia por ADN, María José Pinto, y la presidenciable Luisa González (RC), ambas habían manifestado que impulsarán “la producción nacional”.
La industria automotriz
Derivada de la medida arancelaria de Trump, el Comité de Comercio Exterior de Ecuador (COMEX) aprobó una resolución para reducir de forma temporal los aranceles a vehículos importados de Estados Unidos.
La reducción de aranceles será a una tarifa del 10% y estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2025, según la resolución del COMEX. Actualmente, los aranceles son de entre 35% y 40%.
En ese contexto, David Molina, director ejecutivo de la Cámara Automotriz Ecuatoriana, señaló en una entrevista en Primera Plana: “no tiene sentido que se baje el arancel a 86 partidas arancelarias porque, de esas, Estados Unidos solamente produce y exporta seis”.
Por lo tanto, precisó, es un beneficio “teórico porque en la práctica Estados Unidos no nos va a vender esos vehículos (…) Los vehículos de EE.UU. no compiten con la industria ecuatoriana, de gama media y baja”.
Donald Trump anunció el 9 de abril que había autorizado una pausa de 90 días a la imposición de los aranceles más elevados para decenas de países, al mismo tiempo impuso un alza de los aranceles para China hasta el 125%.