La XXIX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno concluyó este viernes, 15 de noviembre, en la ciudad de Cuenca con una declaración final aprobada, pero sin el consenso de todos los países participantes.
“Hay una declaración en el marco de la Cumbre, no dentro de la Cumbre porque hubo posiciones diferentes entre algunos países”, detalló la canciller, Gabriela Sommerfeld, durante una rueda de prensa ofrecida al finalizar la cita de alto nivel.
Todos las delegaciones presentes, excepto Argentina, apoyaron un documento que incluye acuerdos en materia de equidad de género, acciones para luchar contra el cambio climático, impulsar la Agenda 2030, y condenar el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, entre otros asuntos.
El texto que recibió el visto bueno de 18 de las 19 naciones asistentes condena la aplicación de medidas coercitivas unilaterales violatorias del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas que obstaculicen la capacidad de los Estados para hacer frente a sus necesidades y prioridades.
La declaración también exhorta a poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba y rechaza la inclusión de ese país en la lista unilateral de Estados patrocinadores del terrorismo.
La canciller Sommerfeld también destacó que el presidente Daniel Noboa propuso a los países miembros identificar alternativas que permitan afrontar los terribles embates que el cambio climático está infringiendo en nuestras naciones.
El mandatario ecuatoriano, al concluir el evento, entregó la Secretaría Pro Tempore de la Cumbre Iberoamericana a España, país que desde ahora programa la cita para 2026, según informó el rey de España, Felipe VI.
El monarca detalló que organizar la Cumbre representará un gran simbolismo porque será la trigésima y, a su vez, será la cuarta vez que tiene lugar en territorio español.
Esta XXIX Cumbre fue la de menor asistencia de mandatarios en la historia de estos foros.
Si bien hubo 19 delegaciones presentes, de Latinoamérica solamente estuvo presente el presidente anfitrión, Noboa, un hecho que para analistas es un fracaso diplomático de su administración.