Por: Héctor Calderón
Según el diccionario médico de la Universidad de Navarra, la patología que sufre una persona que no puede dejar de mentir es conocida como Seudología. Según esto, nos preguntamos si lo de Daniel Noboa es una condición médica o lo hace porque realmente no sabe de lo que habla o porque cree que el resto de los ecuatorianos no nos vamos a dar cuenta de sus mentiras.
En su última entrevista en TC Televisión, el presidente volvió a cometer varios errores que resultan inverosímiles para una persona que ostenta esa posición y que intenta ser reelecto. Anunció que le estamos vendiendo electricidad a Colombia y para completar confundió la unidad de medida con la que se cuantifica a este tipo de energía.
Horas más tarde, desde Colombia se desmentía a Noboa. El gobierno cafetero no está comprando energía eléctrica al país. Pero ahí no queda todo, la ya oficializada ministra de Energía, Inés Manzano, insistía en que sí se está vendiendo; ante eso periodistas de Ecuador y Colombia insistieron en su consulta a las autoridades del vecino país y la respuesta, otra vez, fue que no.
¿Cuál es la necesidad de mentir? Insistimos, es un tema de salud, es por desconocimiento, es porque sus asesores le dan mal la información o es porque piensa que el resto somos tontos. El caso de la supuesta venta de energía a Colombia no es el único. En varias ocasiones las mentiras de Noboa han quedado en evidencia, desprestigiando, aun más su imagen y provocando desconfianza en la ciudadanía.
Pensamos que los resultados de la primera vuelta electoral iban, al menos, obligar al presidente y su gobierno a revisar algunas de sus acciones; pero nos equivocamos. Noboa sigue mintiendo, hace cambios en su gabinete pero solo de nombre porque sigue escogiendo a personas que no son aptas para esos cargos; como por ejemplo designar a un abogado como ministro de Salud o a un cuestionado oficial de la Policía como ministro del Interior.
Noboa miente con naturalidad y descaro; y, eso, lo convierte en un presidente peligroso, capaz de todo para lograr sus objetivos. Los tiempos que vive el país requieren certezas, autoridades responsables, transparentes que le digan la verdad a la ciudadanía.
Hoy, en Caroldelet, tenemos a Daniel el mentiroso.
La opinión de Héctor Calderón