Por: Wilson Benavides Vásquez, politólogo y analista político
En América Latina, tanto en elecciones nacionales como en comicios locales, los pueblos siempre se enfrascan en el debate sobre la continuidad o el cambio de las autoridades en funciones, lo que hace que la calificación de su gestión y sus niveles de credibilidad vayan definiendo la opción por la que los electores se pronunciarán mayoritariamente en las urnas.
Como es obvio, si las autoridades son populares es bastante probable que la gente vote por su continuidad en el cargo; mientras que si no gozan de la estima ciudadana los electores preferirán el cambio.
Estos dos párrafos precedentes reflejan una forma de mirar y entender la política desde un punto de vista racional que da por sentado que los ciudadanos se guían por decisiones racionales al momento de ejercer su derecho al sufragio.
Lo cierto es que está más que demostrado en los últimos estudios del marketing político y la psicología experimental que los electores contestan las encuestas de intención del voto de acuerdo a lo que piensan, pero al momento de llegar a las urnas deciden según lo que sienten.
Esta última lógica esconde también una idea de fondo de que los jóvenes son -en sí mismos- más proclives a un comportamiento emocional que racional, que se legitima además con el permanente uso de las redes sociales.
Según la última encuesta de Click Report de agosto de 2022, las redes sociales más utilizadas en Ecuador son WhatsApp (95%), Facebook (90,16%), Instagram (54,69%), TikTok (53,28%) y Twitter (30,63%), lo que las vuelven imprescindibles para la campaña electoral de los comicios seccionales y del CPCCS de 2023.
Jóvenes como público objetivo y redes sociales como medios para llegar a ese público marcarán la tónica de estos meses previos a la campaña oficial.
Pero ¿qué tan cierto es que efectivamente los jóvenes; es decir, las personas de entre 18 y 29 años según lo define la Ley de la Juventud de 2001 y el Código de la Democracia de 2020 serán decisivos en los comicios del próximo año? O ¿en cuánto incidirán los 635.381 adolescentes entre los 16 y 18 años de edad?
Los datos de las dos únicas encuestas que se han realizado en Ecuador sobre participación política juvenil no son alentadores como lo refleja la siguiente tabla.
Participación política juvenil
Interés por la política | 2011 | 2019 |
Nada | 14,2 | 30,8 |
Poco | 41,2 | 39,8 |
Algo | 29,2 | 19,2 |
Mucho | 15,2 | 9,9 |
De acuerdo con estas encuestas realizadas con más de 3000 casos en 5 de las 24 provincias, el desinterés por la política se ha duplicado en 8 años pasando de 14,2% en 2011 a 30,8% en 2019 debido a una serie de factores como la poca vinculación de este sector poblacional con las organizaciones políticas, la falta de renovación de sus liderazgos internos y la carencia de estímulos institucionales.
En las Elecciones Seccionales de 2019 fueron electos un total de 31.143 alcaldes, prefectos, viceprefectos, concejales urbanos y rurales y miembros de juntas parroquiales. De ese total, el 13,25% eran jóvenes de entre 18 y 29 años.
Para incentivar la participación de este sector, el Código de la Democracia promueve la participación de jóvenes en las organizaciones políticas, estableciendo que estas deben incluirnos en sus listas de candidatos en al menos un 25%.
En las elecciones del próximo 5 de febrero veremos si la participación de los jóvenes se hace efectiva o si por el contrario será el desencanto y la apatía las que se impongan, en un país donde cada vez más se resquebraja la institucionalidad pública.
Opinión, en Primera Plana.