La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), detalló este miércoles 18 de diciembre, que la economía en la región crecería un 2,4 por ciento en 2025, en medio del riesgo a que se agudicen tensiones geopolíticas y comerciales globales, así como con un menor impulso de la demanda.
Durante la presentación de su Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2024, la CEPAL examinó el comportamiento de las economías de la región durante el presente año, y actualizó las estimaciones de crecimiento y otros indicadores económicos para 2024 y 2025.
En el evento, transmitido a través de las redes sociales de ese organismo, el secretario ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar, adelantó que “para 2025, la expansión del Producto Interno Bruto (PIB) regional se estima en una tasa del 2,4 por ciento, lo que significaría mantener una trayectoria de bajo crecimiento’, dijo.
“Deberían persistir en 2025 las condiciones para que el consumo privado se mantenga como el principal motor del crecimiento en la región, en concordancia con lo observado en 2024, si bien con una expansión más moderada”, agregó.
El organismo de Naciones Unidas también ajustó al alza su pronóstico para este año a una expansión del 2,2 por ciento, desde el 1,8 por ciento previsto en agosto, pero que estaría por debajo del crecimiento del 2,3 por ciento del año pasado.
La CEPAL proyectó que el Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil crecería en 2025 un 2,3 por ciento, tras anotar un avance del 3,2 por ciento este año.
El de México avanzaría el próximo año un 1,2 por ciento, tras crecer 1,4 por ciento en 2024.
En tanto, la actividad económica argentina se expandiría un 4,3 por ciento en 2025 tras la contracción del 3,2 por ciento este año, la de Colombia crecería un 2,6 por ciento, mientras que la de Chile un 2,2 por ciento y Perú un 2,7 por ciento.
Por otra parte, insistió en que para enfrentar la trampa de baja capacidad para crecer se requiere de importantes recursos financieros, así como la implementación de políticas productivas que dinamicen la inversión y la productividad.
Se espera que el empleo siga creciendo ligeramente en 2025, aunado a una tasa de participación laboral aún débil respecto de la registrada antes de la pandemia y a una persistente desigualdad de género.
El organismo alertó riesgos como la agudización de las tensiones geopolíticas y comerciales, que podría afectar la cotización internacional de las materias primas, así como fricciones renovadas en las rutas y la logística de transporte.
“Dada la coyuntura económica proyectada para fines de 2024 y 2025, el espacio de política macroeconómica se mantendría limitado, en un contexto de baja contribución de la demanda externa, precios aún elevados de las materias primas y difíciles condiciones de financiamiento, entre otros factores, lo que tiende a alterar los equilibrios macroeconómicos”, señaló.
Los países de América Latina y el Caribe mantienen una tendencia a la baja de la inflación lo que, sumado al relajamiento monetario en Estados Unidos, ha permitido a las naciones con meta inflacionaria reducir sus tasas de interés referenciales este año, aunque de forma ‘heterogénea y cautelosa.
La CEPAL destacó que las perspectivas para la inversión del próximo año siguen siendo desalentadoras en medio de la debilidad del gasto público.
“Se espera que la formación bruta de capital fijo continúe contrayéndose, lo que pone en duda su papel para sostener el crecimiento de mediano y largo plazo de las economías de la región”, indicó.
Por otra parte, las exportaciones y las importaciones de bienes y servicios deberían recuperarse en 2025 en comparación con 2024.
Fuente: CEPAL, Reuters