Empiezo citando a Voltaire: “debe ser muy grande el placer que proporciona el gobernar, puesto que son tantos los que aspiran a hacerlo”. El pasado 24 de mayo de 2025 inició el gobierno del reelecto presidente Daniel Noboa, y en la Asamblea Nacional los partidos políticos han empezado con las viejas artimañas para sumar mayorías y hacerse del mando. Al interno del Palacio Legislativo solo ejecutan en escena las acrobacias que ha repasado con antelación, escuchando con interés las disposiciones del coreógrafo principal. Todo es posible para que el show robe la atención de los espectadores.
La parafernalia, eventos VIP, la alfombra roja, los agasajos son solo una cortina de humo. Es otro el motivo de la politiquería en Ecuador, los estrategas políticos venderán su alma al diablo con tal de conseguir un curul en el gran “Banquete del poder” y de esta manera pagar favores a sus auspiciantes. Mientras el índice de pobreza es alto, y en un estómago vacío cualquier discurso demagogo será bien recibido, por quien no tiene trabajo y ha perdido toda esperanza de mejores días.
Se perfilan nuevos rostros sin experiencia, y también existen personajes que se repiten otro periodo. Al final, todo es culpa del sistema corrupto que no selecciona las mejores propuestas y prefiere al fantoche más popular, vende humo, charlatán. Ojalá, el círculo cercano de Noboa, no se dejen embaucar por los mismos de siempre y sepan escuchar a quienes sí aportan con ideas innovadoras y disruptivas a fin de construir un mejor país.
No cabe duda que encontraremos sorpresas en la nueva Asamblea y en el Ejecutivo, muchos de ellos autócratas, narcisistas con delirios de caciques. Confiemos que Noboa elija a ciudadanos intelectuales y propositivos, caso contrario el escenario político será oscuro, sin verdaderos líderes que guíen e inspiren confianza. “Allí donde el mando es codiciado y disputado no puede haber un buen gobierno ni reinará la concordia” (Platón).